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Carcasona, exuberancia medieval en el sur de Francia

Carcasona, exuberancia medieval en el sur de Francia

Esta espectacular ciudadela amurallada destaca por guardar en su interior un importante pasado histórico situado entre fascinantes viñedos

Álvaro Romero

Jueves, 19 de abril 2018, 11:08

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La bella ciudad de Carcasona se sitúa estratégicamente en el sur de Francia, siendo cruce de caminos entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo, a medio trayecto entre Toulouse y Perpiñán. Su belleza es incuestionable, tanto en el interior como desde el exterior sus formas enamoran a todo viajero que hasta allí se acerca. Todo ello, mezclado con la importante carga histórica que arrastra y el magnífico entorno que le rodea, le valió para ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Carcasona es la mayor ciudadela medieval que se conserva en el viejo continente. Por allí pasaron visigodos, sarracenos y francos además de figuras históricas de la talla de Carlomagno y Pipino el Breve. Más tarde los cruzados conquistaron esas tierras con el fin de evitar la herejía, pasando a manos del rey de Francia.

Más tarde, en torno al siglo XIII adquiere su apariencia actual creciendo y alcanzando un importante periodo de esplendor económico y social. Repleta de actividad y movimiento, Carcasona se afianza como uno de los lugares preferidos por la realeza francesa.

Regreso al pasado

Caminar por la Cité de Carcasona supone regresar al pasado, imaginar cómo era el modo de vida durante el medievo y adentrarse en una fortaleza defensiva inexpugnable formada por tres kilómetros de doble muralla de piedra con 52 torres y barbacanas, además del Castillo Condal. La puerta de Narbonnaise es la entrada principal a la ciudad, lugar donde empieza la aventura para el viajero. Dentro se encuentran callejuelas empedradas llenas de magia entre las que abundan las tiendecitas de productos tradicionales y de artesanía local.

Al abrigo de las murallas se encuentra también la basílica de Saint Nazaire, de origen románico su construcción se remonta al siglo XI. Por otro lado merece la pena destacar la puerta del Aude, situada frente al río homónimo, junto al castillo, muestra un aspecto típicamente medieval que invita a acceder a su interior y descubrir todos los tesoros que esconde Carcasona.

El edificio religioso por antonomasia de la localidad es la Catedral de Saint Michel, data del siglo XIII y muestra un marcado estilo gótico. Otro de los atractivos turísticos es el Canal du Midi, lugar ideal para pasear junto al río y uno de los espacios preferidos por los vecinos cuando el tiempo acompaña. Mientras, la fascinante región de Laguedoc- Rosellón que rodea Carcasone, muestra todo su esplendor repleto de hermosos viñedos de los cuales se obtienen caldos excepcionales.

Una ciudad de leyenda

Cerca del puente levadizo se localiza la estatua de Madame Carcas una legendaria heroína de la ciudad que da nombre a la misma, mujer de un antiguo rey sarraceno. Cuenta la leyenda que Carlomagno asedió Carcasona durante cinco años con el fin de esperar a que la población se quedara sin víveres y muriera de hambre. Madame Carcas hizo comer todo el trigo que quedaba al único cerdo vivo y le tiró desde una de las torres. Cuando Carlomagno vio la cantidad de trigo que salía de la panza del cerdo, se desmoralizó y abandonó el asedio.

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