«Es una suerte que Palencia sea tan sensible con la enfermedad mental»
Javier Arellano, director gerente de Hermanas Hospitalarias, agradece el último premio de ABC, que les reconoce como el mejor centro sanitario privado de España
Miércoles, 22 de noviembre 2017, 07:45
Ha sabido abordar la enfermedad mental como una patología más, de las que con un tratamiento permiten llevar una vida normalizada, y ha roto barreras a lo largo de muchos años sobre una cuestión tabú como los enfermos mentales. El centro sociosanitario Hermanas Hospitalarias de Palencia, que atiende diariamente a 650 pacientes (de ellos 550 ingresados y el resto de forma ambulatoria), acaba de recibir el premio al mejor sanitario privado de todo el país, concedido por el periódico ABC. Este galardón concedido por un jurado especializado, que ha ensalzado por encima de todo la excelencia sanitaria, ha hecho hincapié en las terapias innovadoras que se abordan para reinsertar a los enfermos en su entorno social, laboral y familiar habitual. El director gerente del centro, Javier Arellano, sostiene que los principios de trabajo de la congregación de las hermanas hospitalarias, la dedicación de los 410 trabajadores y el respaldo de un centenar de voluntarios contribuyen de forma definitiva a lograr este tipo de reconocimientos que traspasan fronteras provinciales y regionales.
–Han sido reconocidos como el mejor centro privado. ¿Qué aspecto diferenciador ofrecen ustedes en relación a otros centros para ser puntero?
–Hermanas Hospitalarias Palencia viene transformándose por completo y dentro del panorama que hay nosotros ofrecemos como nuestra mejor garantía una atención integral, algo que habitualmente se nombra pero que aquí se aplica. Tenemos una concepción de la atención a salud mental y otras discapacidades que también cursan con enfermedades mentales diferente, queremos incidir en potenciar todo lo bueno de esas personas y no centrarnos solo en atajar lo malo. Se trata de incidir en todos los aspectos biopsicosociales de las personas. La clave para nosotros en un sector tan complejo como es la salud mental es que no se cura, sino se rehabilita. Tenemos que conseguir que las personas vuelvan al punto anterior y vuelvan a llevar cabo una vida lo más normalizada posible. Se trata de poner la atención en que esas personas vuelvan cuanto antes a la sociedad y, si no es posible, que viva sin perder los lazos que la unían. Esa es la mejor forma de abordar la salud mental.
–Para lograr esa integración no solo hay que eliminar barreras en el centro, sino también en la sociedad. ¿Dónde nos encontramos?
–Se ha avanzado muchísimo. En el entorno más cercano, en la ciudad de Palencia, tenemos mucha suerte, porque es una ciudad con una sensibilidad muy especial para la enfermedad mental. También Castilla yLeón, en la Junta tienen una de las administraciones más valientes en el tratamiento de la enfermedad mental, pero seguimos con el tabú. Hay demasiados mitos en torno a la enfermedad mental. Cualquiera habla de su enfermedad con sus allegados, con su entorno, pero en el caso de la enfermedad mental intentamos quitarle hierro al proceso o directamente lo ocultamos. Nosotros somos entidades que llevamos más de cien años trabajando por los derechos de las personas con discapacidad mental, y es un reto fundamental.
–¿Entonces lo que buscan no es solo curar la enfermedad, sino sobre todo potenciar todo lo bueno del paciente?
–Cuando nosotros atendemos a una persona con un proceso, que puede ser un trastorno o una enfermedad, lo que buscamos es potenciar las capacidades que tiene para curarse. Lo que tenemos que lograr es que, cuando alguien ingresa en el centro de forma temporal por su enfermedad mental, tenemos que conseguir que el paso del ámbito comunitario a un centro lo note lo menos posible. De esta forma, la intervención será más rápida y efectiva.
–¿Cuál es la estrategia de futuro de Hermanas Hospitalarias?
–Hemos realizado fuertes inversiones en los últimos años en la infraestructura del centro, que es condición obligada para poner en marcha cualquier proyecto de calidad. El futuro va por la máxima especialización, no tratar la enfermedad mental en general, sino cada proceso con sus procesos. También las discapacidades, los trastornos de conducta... también de otra forma. Ahora mismo somos el único centro de España que atiende toda la discapacidad en unidades de convivencia, pequeños hogares donde cada persona desarrolla su proyecto. Si tiene oportunidades, se incorpora a un empleo, o si no, acude a un centro ocupacional para ganar habilidades y poder trabajar. Nuestro futuro pasa por la especialización. En el ámbito de las personas mayores, también, en este caso es fundamental escucharle mucho a ellos.
–Una de las fórmulas de eliminar barreras y acercar la enfermedad mental a la sociedad es a través del voluntariado, una opción que ustedes potencian...
–En ocasiones nos quedamos en las cifras, pero en una atención integral como la nuestra, el voluntariado es una de las grandes fortalezas. Contamos con un centenar de voluntarios entre gente joven y veterana, una mezcla fantástica, muy bien llevado. El fundador de las hermanas hospitalarias fue, antes que nada, voluntario. Y eso hace que sean un respaldo fundamental.