
Palencia alza la copa y se consolida como punto de encuentro para los amantes del vino
Palencia Plaza Mayor del vino continúa esta tarde de sábado, además, con una cata digirida y la actuación de DJ Pablo Luis a las 19:00 horas y la de DJ Héctor Calderón a las 20:00 horas
Almudena Álvarez
Sábado, 21 de junio 2025, 16:23
Ni los 34 grados ni el sol de justicia impidieron que la Plaza Mayor de Palencia se convirtiera este sábado en un pequeño oasis enológico, salpicado de sombreros, abanicos y copas brindando con tintos y blancos y rosados bien fríos, además de algún vino novedoso de colores llamativos.
Una jornada para brindar, para celebrar reencuentros, descubrir nuevos matices en los vinos de Castilla y León y saborear productos de la tierra en buena compañía.
Desde el mediodía, decenas de palentinos y visitantes, muchos llegados desde Valladolid, y de otras provincias como Burgos, se acercaron a la Plaza Mayor con ganas de catar, conversar y disfrutar de una propuesta que ha echado raíces en la capital palentina. Las 22 bodegas presentes ofrecieron una selección de caldos que maridan a la perfección con morcillas, quesos artesanos, empanadas o embutidos, en una celebración pensada para todos los sentidos.
Organizada por El Norte de Castilla, con el patrocinio principal del Ayuntamiento de Palencia, el patrocinio de Cajaviva-Fundación Caja Rural y la colaboración de empresas locales como Alsis loT, Comercial Atrezzo, Ferretería Industrial Pastor Suazo, Bar Maño, El Chaval de Lorenzo, Dental Colón 16 y Adri Cerrato Palentino, esta fiesta del vino volvió a demostrar que Palencia también tiene mucho que decir cuando se habla de cultura vitivinícola.
«Hemos conseguido que venga gente de otras provincias, y eso siempre es una buena noticia», ha celebrado la alcaldesa de Palencia, Miriam Andrés, durante su recorrido por los puestos.
Acompañada por gran parte de la corporación municipal, saludó una a una a las bodegas participantes y a los productores palentinos que sumaron sabor local a la cita con propuestas dispuestas a maridar con cualquier vino, como las empanadas hechas con Morcillas de Cervera, los embutidos Luciano, los quesos artesanales elaborados en la quesería La Antigua, de Villaumbrales, las empanadillas de la Tahona Cántabra, las hamburguesas de Carnicería Angel García de Alcañiz, o las tapas que sirvió el Bar Maño.
«Creíamos que era importante tener en Palencia un evento de este tipo para potenciar el turismo enológico y hemos conseguido que haya una oferta completa para los que este sábado han decidido quedarse en Palencia y no irse a la playa y disfrutar de la ciudad y de una gran variedad de vinos», ha afirmado Miriam Andrés.
La alcaldesa destacó también la consolidación de un evento que comenzó el año pasado y que, con esta segunda edición, ya muestra músculo. «Muchas bodegas repiten porque les gustó el ambiente, el público y la ciudad», convencida del potencial de la cita como escaparate para el turismo enológico y para mostrar el valor de una ciudad donde, recordó, además se imparte el grado universitario en Enología. «Visitar hoy la Plaza Mayor es una forma de saborear Castilla y León, y también Palencia, con sus vinos de Arlanza y Cigales, de los que estamos orgullosos», añadió.
Ambiente distendido para disfrutar del vino
Quien tampoco se qusio perder la cita fue el presidente del Consejo Regulador de la DO Ribera del Duero, Enrique Pascual, que valoró el ambiente distendido y el contacto directo entre bodegas y público.
«El vino se comparte, se vive, y aquí se está viviendo de verdad. Se respira vino, se habla de vino y se disfruta del vino», ha afirmado, subrayando la diversidad de estilos y propuestas que ofrece la comunidad autónoma para todo tipo de paladares.
Cata dirigida
La lluvia que cayó por la tarde refrescó el ambiente pero obligó a trasladar a los soportales uno de los momentos más esperados del día, la cata dirigida por el sumiller Justo Pablo Barbero, siete veces reconocido como mejor sumiller de Palencia y primer profesional de la provincia en llegar a la final regional dos años consecutivos.
Con un tono ameno, pedagógico y lleno de matices, Barbero propuso un viaje sensorial por el potencial vitivinícola de Castilla y León a través de seis vinos.
La experiencia comenzó con un verdejo joven de Rueda, clásico de las barras de la Comunidad, fresco y vibrante, seguido de un blanco fermentado en barrica de roble francés, que desplegó texturas cremosas y notas ahumadas. «Ideal para maridar con una trucha de Cervera», sugirió el sumiller.

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Llegó después el turno de Cigales, primero con un rosado ligero y frutal, con tonos frambuesa y aromas a fresas y grosella, seguido de un tinto crianza perfecto, según Barbero, para acompañar un estofado de liebre, unas alubias de Saldaña o unas lentejas pardinas de Tierra de Campos. La cata cerró con dos referencias de Ribera del Duero, un crianza de la añada marcada por el temporal Filomena, escasa en producción pero rica en calidad, y un reserva de 2019, un año complicado para el viñedo, pero que dejó vinos sobresalientes.
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