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La directora de San Juan de Dios en Palencia, Paz Aparicio, en las instalaciones del centro asistencial. Manuel Brágmo
Coronavirus Palencia: «Han sido dos meses duros y hay que seguir alerta», afirma la directora de San Juan de Dios

«Han sido dos meses duros y hay que seguir alerta», afirma la directora de San Juan de Dios en Palencia

El centro vuelve a la normalidad tras prestar sus instalaciones a enfermos de covid  y se ofrece de nuevo a la Junta si fuera necesario

Álvaro Muñoz

Palencia

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Lunes, 1 de junio 2020, 08:15

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'Gracias a los sanitarios y al Sacyl', Tal vez sea la frase que más veces ha repetido la directora del centro asistencial San Juan de Dios, Paz Aparicio, después de que hace una semana la Junta de Castilla y León clausurara la unidad covid instalada en el centro asistencial de la capital para hacer frente a la expansión del virus en Palencia. Eternamente agradecida se muestra después de prestar a la sociedad «la joya de la corona» de un centro que arrimó el hombro desde el primer momento. Y no fue tarea fácil, ya que la cesión de una unidad con oxígeno propició el traslado de 30 residentes a otro centro con compañeros desconocidos. Pero todo eso ya es historia. Aparicio y el centro que dirige, apoyado por los hermanos de la orden, caminan ya en la búsqueda de la nueva normalidad. Si el virus volviese a aparecer y provocar ingresos en los hospitales, ahí estará el centro asistencial para volver a echar una mano. «Esperemos que no sea así», afirma.

¿Cómo fueron las gestiones para crear una unidad covid en San Juan de Dios?

–Se dictó la orden de que los centros privados pasábamos a depender del Gobierno en una cesión para hacer frente la crisis del coronavirus. San Juan de Dios fue uno de ellos. Cada uno de los centros pusimos un listado de los espacios que teníamos disponibles para albergar pacientes, sin saber si iban a ser covid o no. Me llamó la jefa territorial de Sanidad, Carmen Andrés, y el delegado de la Junta, José Antonio Rubio Mielgo, y concertamos una reunión para ver las instalaciones. Querían ver los espacios para ver cómo les podíamos ayudar. Les enseñé el centro de día que estaba vacío por el estado de alarma (400 metros cuadrados) y una unidad de menores que está sin estrenar. Me comentaban que no buscaban eso exactamente. Les miré y les pregunte qué buscaban. A lo mejor querían trasladar algún servicio concreto del hospital para desocupar el Hospital Río Carrión.

¿Cómo fue la organización?

–Me dijeron que necesitaban habitaciones con oxígeno, porque la urgencia vital era la aglomeración de pacientes en el hospital. Se me plantea que los únicos espacios libres en el centro eran esas dos unidades y que las demás estaban ocupadas por residentes. A partir de ahí me pregunté cómo gestionarían los hermanos de San Juan de Dios este centro. Sé que los hermanos darían todo para las personas más vulnerables. En ese momento, los más vulnerables eran los enfermos de covid. En el centro, tenemos dos unidades de convivencia , cada una con 16 personas. Allí llevaban viviendo alrededor de un año de forma individual varios pacientes. Son estancias preciosas y muy grandes y con tomas de oxígeno. Estaba recién inaugurado. Se me ocurrió que si a estos pacientes los reubicábamos en otras unidades, compartiendo habitación, pues tendríamos lo que buscaban las autoridades sanitarias, aunque viviera gente. Cerré los ojos y se lo enseñé, diciéndoles que era la joya que teníamos. Cuando lo vieron, no tardaron en decirme que era lo que necesitaban. Les recordé de forma amable que San Juan de Dios no iba a dejar a Sacyl un espacio cualquiera, sino la casa de unos pacientes.

¿Cómo se lo tomaron esos pacientes obligados a dejar su hogar?

–Sin casi pedirles autorización, pasaron de convivir solos a compartir un espacio con otros dos compañeros. De un día para otro se cambiaron. La desestabilización de los pacientes fue tremenda. Hubo que trabajar mucho esos aspectos, porque ellos querían volver a sus casas, como haríamos cualquiera de nosotros. Imagínate que estás en tu casa y te dicen que te vas a ir con dos desconocidos con los pequeños trastornos de la convivencia. Que si uno ronca...

Y a partir de ahí a montar un hospital en pocos días...

–Teníamos camas hospitalarias guardadas de otras unidades que se cerraron por la crisis. Vaciamos todo, cambiamos a los pacientes, montamos las camas... Se hizo una estructura para poder albergar la unidad. Nos pedían una urgencia tremenda y de un sábado a un viernes siguiente lo conseguimos. Tenemos un personal maravilloso. Han estado de lunes a domingo, mañanas y tardes, para conseguir todas las autorizaciones sanitarias para que arrancara lo antes posible. Ha sido muy duro. Cuando se lo comuniqué a los hermanos, tanto en Palencia como en Madrid, lo único que me dijeron es que lo gestionara con los valores de San Juan de Dios.

¿Les ha dado algún tipo de reparo tener a la covid-19 a escasos metros de su puesto de trabajo?

–Somos sanitarios y es un centro sociosanitario. Aquí tenemos auxiliares, enfermeros, médicos... Es un centro sanitario y además de San Juan de Dios. Tomamos las medidas preventivas necesarias. Por ejemplo, la entrada y salida del personal de covid era diferente, en la que ya se había salvado la entrada principal del centro. También acotamos su parte y los residentes estaban en sus unidades. No accedíamos a la unidad y teníamos asumido que la covid podía estar por cualquier sitio. Además, veíamos en la cara de los sanitarios que era muy necesario prestar nuestras instalaciones. Es nuestra profesión y nos dedicamos a los enfermos. Solo podemos transmitir el agradecimiento de todo el centro, empezando por la orden hospitalaria de los hermanos. Como trabajadores del centro, damos las gracias a todos los profesionales que han estado aquí del Sacyl. Me ha llamado mucha gente que no nos conocíamos personalmente, como el jefe de medicina interna, el personal médico, los informáticos... N os colgaron una sábana enorme con el mensaje 'gracias por hacernos sentir como en nuestra casa'. Eso propició que lloráramos todos. El primer valor de la orden es la hospitalidad y al ver esos agradecimientos nos hemos dado cuenta que hemos sido capaces de transmitir esos valores de San Juan de Dios. También nos han llamado familiares que han estado en esa unidad para darnos las gracias. En un hospital siempre es más aséptico, en San Juan de Dios era como otra unidad residencial, más cercano. Cuando daban altas, salían nuestros pacientes a aplaudir, las ambulancias sonaban. Se ha creado un lazo muy importante.

Desde la Junta recalcan el agradecimiento eterno hacia San Juan de Dios...

–Llevamos años en Palencia y ya nos conocemos. La jefa territorial de Sanidad, Carmen Andrés, y yo nos conocemos desde hace mucho por todas las reuniones que hemos mantenido por autorizaciones sanitarias. Es una persona muy agradable y humilde, al igual que el resto de representantes políticos y sanitarios.

Ahora toca recuperar un poco de normalidad en el centro...

–La alerta es imposible perderla, está la covid.

Incluso la Junta podría volver a echar mano de las instalaciones...

–He hablado con José Antonio Rubio y con el gerente del complejo asistencial de Palencia, ya que la gestión siempre ha sido con él. Cuando me llamó para agradecernos el servicio, le contesté de forma directa y con tono de broma: 'haz el favor, no te vuelvas a acordar de San Juan de Dios', pero de forma informal. Es un jaleo organizativo, pero si necesitan San Juan de Dios, aquí volveremos a estar. Si no se acuerdan de nosotros, significa que la covid la tenemos muy controlada, por lo que si piensan en nosotros, es que estamos todos mal. Y en ese caso tenemos que volver a arrimar el hombro. Se ha vuelto a demostrar que somos un pueblo español hospitalario y los valores de la orden de San Juan de Dios. Eso hace sentirnos bien.

¿La dedicación de San Juan de Dios ha sido vital para controlar el virus en Palencia?

–Eso yo no lo puedo decir. Lo que simplemente hemos hecho es que aquello que nos han pedido, lo hemos dado. Siempre hemos intentando hacerlo lo mejor posible. El día que transmití la noticia al personal del centro de la instalación del hospital covid, se veían rostros de preocupación. Somos sanitarios y estamos para lo que haga falta.

No ha sido buen momento para dirigir un centro sanitario o una residencia de ancianos...

–Estamos viendo a directores de residencias imputados, abriéndoles procedimientos... Con la absoluta responsabilidad, tengo una unidad de paliativos con 250 personas mayores. A uno que lo coja, va todo en cadena. Veía centros en Palencia, incluso de fuera de la provincia, y me preguntaba cómo tienen que estar esos gerentes. Seguro que sufriendo. Ha entrado el virus y muchas veces sin saber cómo. ¿Cómo somos capaces de pedirnos responsabilidades si prácticamente no dormíamos? Era una preocupación absoluta. Era una alarma constante cada vez que me decían que un abuelito tosía o tenía algo de fiebre. Ya no dormías. Ha sido tan triste que teníamos que sacar lo bueno. Hemos llorado mucho, pero ahora vemos que ha salido un lazo de unión muy importante con los sanitarios del Sacyl. Hasta el punto que cuando celebremos la cena de San Juan de Dios, estarán todos ellos invitados.

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