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Jose Rojo
Palencia
Miércoles, 7 de febrero 2024, 00:12
'La ilusión conyugal', un texto del director de cine, dramaturgo y guionista francés Eric Assous, fallecido en 2020, llegó a la cartelera teatral de ... nuestro país en el mes de junio del año pasado bajo la dirección del actor Antonio Hortelano. Esta comedia aterriza este jueves, 8 de febrero (20:30 horas) en el Teatro Principal de Palencia y será escenificada por el trío actoral que conforman Álex Barahona, Ángela Cremonte y Alejo Sauras. Este último, nacido en Palma (Mallorca, 1979), aunque su familia se trasladó a Madrid siendo un bebé, concretamente a Cuatro Vientos, forma parte también del equipo productor de la obra. «Es una comedia muy ingeniosa, ácida, oculta y directa con la que el público se lo está pasando pipa hasta ahora. Yo escogí este texto porque necesitaba un poco de comedia en mi vida; venía de hacer una tragedia como 'Edipo' y los últimos proyectos de cine y televisión habían sido también dramas», explica este actor de 44 años que saltó a la fama a los 18 con la popular serie 'Al salir de clase'.
–Una de sus primeras incursiones en la interpretación fue en el teatro con 17 años en una obra representada en japonés.
–Sí, pero era teatro amateur. Era cuando yo estudiaba japonés hace muchos años. A mí me gustaba el teatro desde niño y cuando estudiaba en la Escuela de Idiomas, participé en dos montajes: 'Manuke Mura' y 'Tonari No Ojisan' . Eran representaciones semiprofesionales porque se vendían entradas y venían muchos japoneses porque las funciones se escenificaban en ese idioma. Fue experiencia maravillosa. Pero no lo puedo considerar profesional porque yo no cobraba por actuar. Que conste que no domino el japonés, en su día me defendía con el idioma y, a día de hoy, no sabría mantener una conversación en japonés. Cuando voy a Japón, un país que he visitado con frecuencia, aunque hace ya cuatro años que no voy, lo que aprendí me ha servido para entender alguna indicación, preguntar alguna cosa y guiarme por las estaciones de metro.
–El teatro es un formato en el que atesora menos currículum que en cine o televisión. ¿Por qué ha hecho menos teatro?
–Quizás porque me han ofrecido menos teatro que cine o televisión. Yo presumo siempre de no distinguir entre formatos y de elegir el trabajo por el proyecto en sí, por el personaje y por el texto. No obstante, sobre las tablas me siento muy a gusto, como pez en el agua; es una sensación que, si te soy sincero, no se puede explicar. Cuando empieza la función y salgo al escenario, el mundo entero desaparece y sólo existe la trama. Me transporta a otra vida; en ese momento, dejo de ser Alejo, dejo de tener mis problemas personales y mis inquietudes y pasó a tener la vida del personaje. Aparte de un oficio, el teatro es una vía de escape y una terapia.
–Se sube al Teatro Principal de Palencia con 'La ilusión conyugal', una comedia «ingeniosa y brillante para que la gente disfrute», dice de ella su director Antonio Hortelano. ¿Ratifica esa definición?
–Estando yo encima del escenario, no me atrevería a calificarla de «brillante» o «no brillante». Eso lo tendría que decir el público o el director. Es una comedia muy ingeniosa, muy ácida, oculta y directa; es un texto francés y a mí me gusta mucho la comedia francesa. Además, el público, hasta ahora, se lo está pasando pipa. Yo escogí este texto porque necesitaba un poco de comedia en mi vida; venía de hacer una tragedia como 'Edipo', con la que he estado prácticamente dos años, y los últimos proyectos de cine y televisión habían sido dramas. ¡El cuerpo me pedía una comedia! Apareció Antonio con este regalo, acepté y creo que acerté.
–Es una comedia semidrama…
–Todas las comedias tienen algo de drama. En el fondo la comedia consiste en reírnos de nosotros mismos y pretendemos que los espectadores se sientan un poco reflejados en los personajes y en las situaciones. Tenemos que hacerles cómplices del texto.
–Con Antonio Hortelano comparte que ambos habéis protagonizado series juveniles exitosas que en aquellos años eran competencia. Él en 'Compañeros' y, en su caso, en 'Al salir de clase'. ¿Dónde se conocieron?
–Nos conocimos en 'Compañeros', porque yo antes de 'Al salir de clase' participé en algunos de los capítulos haciendo un personaje pequeñito. Y, desde entonces, somos amigos. Juntos también intervinimos en la película 'Diario de una becaria' por aquella misma época. Después, no hemos vuelto a coincidir, pero nuestra amistad se ha mantenido a lo largo de 25 años.
–¿Ser dirigido en teatro por un actor facilita el trabajo?
–En cierto modo, sí. Ser dirigido por alguien que ha sido actor puede facilitar el trabajo y puede ser un plus, pero no tiene por qué. Yo tengo la suerte y presumo de haber hecho teatro con directores con los que me he entendido a la perfección y con los que he trabajo muy a gusto.
–En 'La ilusión conyugal' se abordan las relaciones de pareja, la amistad y la mentira. ¿Desde qué perspectiva se enfocan estos temas?
–Todo gira en torno a la historia de dos personas que creen que la confianza en la pareja puede ser absoluta y que no es necesario que cada uno tenga su propia parcela de privacidad y secretismo, que muchas veces es un gran error… Pero en este caso deciden poner las cartas sobre la mesa y contarse todo lo que han hecho durante los años que llevan juntos pensando que lo van a superar, y que no les va a afectar en su relación. Y se equivocan.
–Supongo que en la vida real habrá vivido situaciones similares.
–Yo no (risas), pero supongo que sea un problema bastante común. Yo como pareja y como amigo intento siempre dar lo mejor de mí mismo.
–Es uno de los productores de esta representación.
–Sí. Llega un momento en el que los actores decidimos generarnos nuestro trabajo en el momento en que no te ofrecen el papel que tú quieres hacer. No es la primera vez que me estreno en esta faceta, produje otra función de teatro cuando acabé 'Al salir de clase', hace ya muchos años, y no fue mal, pero empezaron a ofrecerme papeles en cine y televisión y aparqué la producción. Lo he retomado y esta faceta también me llena porque generas tu propio trabajo y eso también me da mucha satisfacción.
–¿Conocerá Palencia por primera vez?
–La ciudad ya la conozco, he estado en varias ocasiones, pero será la primera vez que actúe en el Teatro Principal.
–De las ficciones televisivas en las que ha intervenido, ¿cuáles le han dejado un poso inolvidable?
–Todas. Cuando hago un trabajo, me implico de tal manera que siempre me dejen poso. Cada personaje que haces te ayuda en la interpretación del siguiente. El trabajo de crear un personaje es como un entrenamiento. A mí me han marcado todos mis personajes tanto en la televisión como en el cine, sean grandes o pequeños.
–¿Por qué papel se muere de ganas por interpretar?
–Ese papel no está escrito todavía. Será un personaje que interpretaré por primera vez, ya te lo contaré cuando lo haga (risas). Mi fetiche era Edipo y lo hice hace dos años.
–¿En qué rodaje está metido estos días?
–Estoy rodando una película de Manu Sanabria, una comedia titulada 'Hotel Bitcoin' y que se estrenará en cines este año. El rodaje no está muy avanzado, llevaremos alrededor de un veinticinco por ciento.
–¿Qué queda de aquel chico de 18 años que saltó a la fama con 'Al salir de clase'?
–Queda mucho, sobre todo, la ilusión por seguir trabajando cada día. Cada vez que me ofrecen un personaje nuevo, lo acepto y empiezo a trabajar en él sale ese chico que era cuando empecé en esto. Hoy sigo manteniendo la misma ilusión de entonces, pasen los años que pasen.
–¿En qué se ha convertido hoy Alejo Sauras?
–Quiero pensar que se ha convertido en un actor con cierta experiencia, con cierto oficio y con una capacidad más amplia que la que tenía cuando empecé en esta profesión.
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