De la incredulidad y la negación al compromiso y la ilusión en solo 24 horas

Porque Mario Simón, no hay que olvidarlo, ha llegado a la Alcaldía de Palencia sin realmente proponérselo. No es un 'kamikaze', ni se deja cegar por la ambición. Cuando se presentó a las elecciones como cabeza de lista de Ciudadanos era consciente de que no podía ganar las elecciones. Esperaba algo más de tres concejales, y ha reconocido la decepción, pero tenía muy claro que no iban a ganar, por lo que la posibilidad de ser alcalde no se le había pasado por la mente.

Tras los resultados del 26-M era consciente de que Ciudadanos era la llave del Ayuntamiento de Palencia, por lo que tenía en su mano la mejor baza para cualquier negociación, lo que le permitiría rascar para sus concejales los puestos de responsabilidad que mejor cuadrasen con sus perfiles. Y por ello, para sí mismo se había reservado una concejalía importante, la de Hacienda, la que le permitiría desarrollar uno de sus grandes objetivos, impulsar políticas económicas y fiscales de corte liberal, basadas en la contención del gasto, la bajada de impuestos y el establecimiento de ayudas y bonificaciones para los empresarios, encaminados a convertir la ciudad de Palencia en un lugar lo más apetecible posible para que desarrollen su actividad económica y generen empleo.

Mario Simón (Palencia, 1978) es diplomado en Empresariales, por lo que la parte económica del Ayuntamiento es la que más atractiva le resulta y por eso ambicionaba la Concejalía de Hacienda; lo que no se esperaba es que ahora tendrá que buscar entre las once personas restantes de la coalición de gobierno un perfil profesional que pueda sustituirle. Donde también habrán de sustituirle, al menos durante los próximos cuatro años, es en la oficina de Unicaja de la plaza de España, en la que ocupa el cargo de director.

Su investidura como alcalde ha supuesto una auténtica revolución en su vida familiar, en la que además de su mujer, cobran una importancia especial sus sobrinos, con los que siempre que puede intenta pasar parte de su tiempo libre. Asimismo, es aficionado a pasear y a disfrutar con los amigos de unas cañas y una buena cena. Hasta hace unos pocos años, salía también a correr de forma habitual por la ribera del río, pero la entrada en el Ayuntamiento hace cuatro años le fue comiendo gran parte de su tiempo de ocio, con lo que terminó abandonando esta afición.

Ahora, su nueva condición como alcalde previsiblemente le robará más tiempo aún y le obligará a separarse de su trabajo en el banco, dos de los motivos que le hicieron dudar prácticamente hasta el último momento de aceptar la nueva responsabilidad que le ponían en bandeja. Consciente de que con solo dos concejales de su grupo resultaría imposible dirigir un Ayuntamiento, Simón negaba la posibilidad que le ofrecían. Tuvo que ser la garantía del propio Partido Popular de un verdadero compromiso de colaboración lo que le llevó a aceptar finalmente.

Fueron 24 horas de pesadilla, desde el jueves por la noche, cuando le comunicaron que se convertía en candidato a la Alcaldía mediante un pacto de su partido con el PP., hasta el viernes por la tarde, cuando los populares palestinos anunciaron públicamente su apoyo a la candidatura. En ese tiempo, Simón pasó de la incredulidad a la negación, y de ahí a la aceptación forzada por el partido, para después ir tornando en un compromiso cada vez más ilusionan, que se vio cumplido el sábado, poco antes del mediodía, cuando consiguió la firma de la concejala de Vox para cerrar un acuerdo. Sabe que el reto ahora es harto complicado, pero confía en lograr aunar en un equipo a los concejales de dos partidos para que superen las diferencias que suponen el peso de las siglas.