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El titánico Raphael se reencuentra con Palencia
El afamado artista roza el lleno, con 2.600 entradas vendidas en su parada en Palencia en la gira de su sexagésimo aniversario, una de las más especiales
HENAR MACHO
Palencia
Martes, 30 de agosto 2022, 00:04
El inagotable Raphael recorre España con su gira 6.0 celebrando toda una vida subido a los escenarios y en la noche de este festivo lunes ha hecho las delicias de su público fiel que abarrotó el coso de Campos Góticos de la capital palentina, en el marco de las fiestas de San Antolín.
Un gran ambiente reinaba en las inmediaciones de la Plaza de Toros antes del recital, con largas colas que formaron su legión de seguidores, más de 2.600, entre los que se encontraban numerosos grupos de amigos, matrimonios, familias y personas que acudieron solas porque no querían perderse el concierto del mítico artista. Es el caso de un grupo de cinco amigas de Venta de Baños, animadas por una de ellas, Isabel Monje, que incitó al grupo a adquirir las entradas nada más salir a la venta. Todas estuvieron en la última actuación del artista en la capital y estaban deseando repetir.
Desde los 8 años y tras seguirle por todo el país, Magdalena Huerta confesaba que tiene su foto en el perfil de Whatsapp y su música como tono de llamada, y transmite su devoción por Raphael a sus hijos y nietos. Pilar García y Sofía Cardeñoso son otras dos amigas que acudieron a ver al cantante y recordaron como si fuera ayer sus inicios en televisión amenizando la Navidad con su éxito 'El tamborilero'.
Concepción Melgosa y Antonio Delgado son un matrimonio que tampoco se quisieron perder el 'show', ya que son fieles seguidores del artista y en su casa siempre ha sonado su música. «No defrauda nunca», sostenía Antonio. Entre las primeras filas también surgió la amistad por una admiración común hacia Raphael entre Silvia Pérez y Mari Cruz Hervás. Allí también destacó la presencia de Nuria González y su madre, Celinda Sánchez, exdiputada del PP por Palencia.
Raphael se subió de nuevo al escenario palentino para cantar en directo y dar el máximo para hacerle disfrutar, aunque el disfrute se percibía también desde el escenario. Sus incondicionales tenían una cita con el artista a partir de las 21:30 horas, y el pionero de la balada romántica por toda la geografía de habla hispana cumplió con el horario previsto. Los aplausos arroparon la entrada en escena de Raphael tras una introducción instrumental y su primera interpretación, de 'Ave Fénix'.
El linarense piensa en grande y dispuso ayer de un gran escenario, pero no estuvo solo. Le acompañaba un imponente elenco formado por una decena de músicos y tres coristas y una superproducción de luces e imágenes durante más de dos horas y media de concierto a través de un montaje espectacular.
Raphael, con más de cincuenta discos a sus espaldas y cinco discos de uranio, continúa con paso firme. El andaluz sigue en activo y plena forma, igual de intenso y emocional, algo que pudo demostrar durante casi dos horas y media de actuación.
El Raphael de siempre, cargado energía y vitalidad salió a escena de un modo arrollador, vestido de riguroso negro, como acostumbra, aunque iluminado por su inconfundible sonrisa. Los focos se cebaron con él. En un alarde de talento pisó las tablas con la firmeza que le caracteriza y logró que todo el ruedo se levantara de sus asientos. Las primeras filas, incontenibles, le colmaron de aplausos y piropos.
Al espectáculo no le faltó nada. En un magnífico juego de composición visual entre las pantallas y la puesta en escena, el Raphael de ahora, de 79 años, interpretó junto al joven Raphael la versión más emotiva y nostálgica de 'Digan lo que digan'. Así, la audiencia siguió actuando como un coro espontáneo del cantante. Su ferviente público, siempre con teléfono móvil en mano para recoger los mejores momentos del concierto, su poderosa voz y todo el repertorio autobiográfico.
Uno de los momentos cumbre de la velada se produjo cuando se desprendió de su americana con elegancia para colgarla en el pie del micrófono, poniendo a todo el mundo en pie. Muchas de sus fans le lanzaron besos en ese momento y el respeto hacia el artista se mantuvo durante todo el espectáculo, como también lo hizo el brillo en sus ojos negros. Su versión de 'Vivir así es morir de amor' de Camilo Sesto hizo vibrar a un público entregado.
Siguió regalando su amplio repertorio con un inmejorable juego de luces y el nuevo ritmo electrónico que viste sus canciones más clásicas. Con cada transición había un cambio de sentimiento, de interpretación. Canciones llenas de amor, dolor, nostalgia, ímpetu, frenesí… Pero siempre con ese saber estar sobre las tablas. También los silencios, perfectamente utilizados, cautivaron a unos asistentes ansiosos por descubrir cuál era la siguiente canción.
La pantalla y los acordes aventuraban la llegada de la aclamada 'Mi gran noche', el archiconocido tema que sigue sonando en las discotecas en versión electrónica y moderna. Y es que sus temas no entienden del tiempo ni de modas. Con movimientos sutiles de cadera y sus característicos ademanes, siguió dotando a sus grandes éxitos de más ritmo en una composición épica.
También cantó a pleno pulmón las míticas canciones que le han acompañado durante toda su carrera y con las que ha batido récords, como 'Volveré a nacer', 'Gracias a la vida', 'Adoro', 'Resistiré', 'Yo soy aquel' o 'Como yo te amo'.
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