La demanda laboral de enólogos supera las cifras de titulados
Los estudios se imparten desde hace 27 años con gran aceptación por el mercado del vino del entorno
Laura Linacero
Palencia
Lunes, 22 de marzo 2021, 16:15
El grado de enología es uno de los más exitosos en la Escuela de Ingenierías Agrarias. Se implantó hace 27 años y ha tenido siempre una gran aceptación, tanto de alumnos que quieren cursar los estudios como de empresas del sector que recurren al centro para contratar a sus titulados. Este curso tan atípico ha mantenido la línea de la veintena de nuevos matriculados en el primer curso con 21 estudiantes, que se suman al total de 93 matriculados en el grado. No obstante, sí que se percibe una disminución en cuanto al número total de matriculados, con 25 menos respecto a hace cuatro años. El director de la Escuela compensa estos datos con la mayor oferta formativa que existe actualmente en el país, aunque recalca que la acogida sigue siendo positiva como consecuencia de la industria vinícola en nuestro entorno. «Es una profesión que se ha puesto de moda y que además tiene una remuneración interesante», explica Joaquín Navarro.
La escuela además cuenta desde hace tres años con un programa de estudios, el Grado en Enología e Ingeniería de las Industrias Agrarias y Alimentarias, «que funciona muy bien y que ha triplicado el número de matriculados desde sus inicios hasta alcanzar los 19 estudiantes».
Panorama halagüeño
Como uno de los centros pioneros en impartir Enología, la Escuela de Ingenierías Agrarias sigue siendo un referente en formación e incluso la Asociación de Enólogos de Castilla y León tiene su sede en la escuela. Un panorama óptimo para que los jóvenes que sientan interés por esta ciencia experimenten en un entorno prometedor. El curso pasado, la Escuela de Ingenierías Agrarias lanzó catorce nuevos graduados a un mercado en el que la demanda de titulados supera al número de egresados. «La ribera del Duero y la ribera del Arlanza se encuentran con una necesidad de titulados que en muchas ocasiones no se completa», subraya Joaquín Navarro.
De hecho, la escuela no puede acoger a todos los estudiantes interesados. «Tenemos una lista de espera en el grado, es una titulación que funciona muy bien», asegura Joaquín Navarro. Un argumento que se sostiene con la incapacidad de cubrir la demanda de las bodegas para que los alumnos realicen las prácticas curriculares. «Por el entorno en el que estamos, muchas bodegas nos piden estudiantes que les ayuden con la cosecha o con la elaboración de los vinos, y no podemos satisfacer todas las peticiones», señala el director.