El Banco de Alimentos afronta la campaña más importante para atender a 3.335 usuarios
La entidad reconoce que «estamos vacíos» porque cada vez más familias desde la pandemia necesitan ayuda alimentaria
Las luces y los villancicos ya decoran y envuelven el centro de la ciudad, a la espera de la llegada de la Navidad y de los reencuentros familiares o las cenas con amigos o compañeros. Unas fechas para celebrar y brindar alrededor de una mesa llena de comida en una casa caliente y feliz. Pero para demasiadas familias palentinas poder llenar el carro de la compra o encender la calefacción es un lujo, dado el incremento de los precios de electricidad, carburantes, comidas... El Banco de Alimentos de Palencia atiende a 3.335 palentinos, repartidos en 650 familias de la capital y de la provincia. Esta cifra no ha dejado de crecer desde la irrupción de la pandemia (en 2019 los usuarios se limitaban a 2.100), unido en los últimos meses a una subida generalizada de todos los productos.
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Cómo donar a las familias durante la gran recogida
Bajo el eslogan 'Comer no puede ser un lujo', la Federación de Bancos de Alimentos apuesta por la gran recogida, que comenzó el 25 de noviembre y se desarrollará hasta el martes 6 de diciembre. Esta nueva llamada a la solidaridad, la última del año, llega en uno de los momentos de mayor necesidad. «Estamos vacíos, como nunca. Es que son muchísimas familias las que necesitan ayuda todos los meses», advierte la secretaria del Banco de Alimentos de Palencia, Rosa Ortega.
Al mismo tiempo que la demanda no ha dejado de crecer desde la irrupción de la pandemia, las donaciones de particulares y empresas se han reducido cerca de un 40% desde primavera. «No hay casi donativos porque está todo muy mal. Es normal porque todo supone mucho esfuerzo, y pedimos para muchas cosas. Es comprensible que ahora no se pueda dar tanto», reconoce.
Diciembre es el mes más importante para recoger ayudas económicas y así poder afrontar la mayor parte del año
La campaña funciona también este año con donaciones económicas (se realiza así desde la covid). «Podemos organizar todo mucho mejor con los donativos económicos», reconoce Ortega, quien insiste en que diciembre es el mes más generoso de los palentinos. Y es que el último mes del año es el mejor, el más fuerte y el que les da aire para poder aguantar durante gran parte del año apoyando con alimentos a las personas que más lo necesitan.
Los usuarios a los que ayuda todos los meses el Banco de Alimentos se caracterizan por ser familias jóvenes, de 35 a 40 años, con niños pequeños en edad escolar. Ese es el perfil actual. Hace no demasiado, solo habría que retroceder hasta antes de la pandemia para tener un perfil completamente distinto, que eran personas de entre 45 y 55 años, que se habían quedado sin trabajo y estaban en situación de desempleo.
Las familias de ahora, las que necesitan una pequeña ayuda para tener alimento diario para los suyos en la mesa, pueden tener un trabajo, pero poco remunerado o de media jornada, por lo que es imposible afrontar todos los gastos del hogar, cada vez más cuantiosos, y llegar a fin de mes.
Alza de precios
El incremento de precios que no frena y poder comprar la mitad de productos que hace un año con el mismo dinero es algo que notan todas las familias y también el Banco de Alimentos. «Yo compro para la asociación al mismo precio que los demás, como un cliente más y también noto que da para mucho menos. De pagar el aceite de girasol a 1,05 euros, a tener que dar 3 euros por cada litro», advierten desde el Banco de Alimentos. «Da todo para mucho menos, sin duda».
El año pasado se recaudaron en estas fechas más de 16.000 euros, una cifra importante para poder ayudar a la gente que lo demanda. A la gran recogida se unen, suelen hacerlo todos los años, las donaciones de empresas o de colegios que también dan un poco de oxígeno en forma de alimentos a una delicada situación, a la que cada vez se ven abocadas más familias.
Las personas que ahora necesitan un apoyo alimentario son familias jóvenes con hijos en edad escolar
La única recogida física que se ha llevado a cabo esta campaña ha tenido lugar solo dos días (25 y 26 de noviembre) en el supermercado Agropal de la calle Francia, al ser «un supermercado de la provincia». Y la campaña se ha reducido a dos días. A pesar de eso, de que haya sido tan escueta, se han recogido 650 kilos de comida. «Estoy muy contenta porque este año está todo muy complicado», admite Ortega.
Los alimentos que más se consumen siempre son aceite y leche, dos indispensables en cualquier despensa, junto con legumbres, pasta o arroz. «Ahora mismo estamos como nunca de vacíos, quitando galletas, café y poco más», reconoce Ortega. La asociación siempre incluye en el pedido de finales de año algún dulce típico siempre que es posible. «Un poco de turrón, algunos polvorones o unos bombones, por lo menos. Se me parte el alma al pensar que no tengan nada de eso en Navidad», concluye.
