Palencia
Las abundantes lluvias de octubre auguran una temporada de 950 toneladas de setasLos aficionados ya cargan sus cestas en muchos rincones, pero para el boletus edulis o la trufa de invierno hay que esperar a noviembre
«Las previsiones son bastante buenas, en este momento hay bastante gente ya cogiendo setas por el campo». Es la percepción del profesor Juan Andrés ... Oria de Rueda, director de la Cátedra de Micología de la UVA, sobre cómo va a transcurrir la temporada micológica de este año en la provincia de Palencia.
Las abundantes lluvias registradas este mes de octubre no han hecho más que asegurar la cantidad y calidad de este producto que los aficionados a los hongos van a poder encontrar a lo largo de toda la provincia durante las próximas semanas. Ya se puede ver a los primeros recolectores que, cargados con su cesta, buscan mirando al suelo estos manjares tan apreciados.
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Requisitos a tener en cuenta antes de iniciar la recolección y comercialización
La Montaña Palentina, donde más ha llovido este verano, es la zona que ya cuenta con mayor abundancia de hongos y ahí es donde, precisamente, ya se está recogiendo mayor cantidad. Aquí, lo que más se puede encontrar son los boletus edulis, una de las variedades más apreciadas por los aficionados a la micología.
Para poder recolectar esta variedad en mayor número todavía habrá que esperar hasta noviembre, cuando se espera que surjan en grandes cantidades. Esto la convierte en la seta más clásica de la provincia y la que mayores pasiones levanta entre los aficionados y el público general, convirtiéndola en toda una delicia culinaria.
Por su parte, en Tierra de Campos, lo que ya se puede encontrar son setas de cardo, especialmente en la zona de Paredes de Nava o de Carrión de los Condes. El sur de la provincia tardará más en poder recoger algún hongo, pero no tardará, por lo que su producción está garantizada gracias a la climatología favorable de estas últimas semanas.
Entre todas estas especies, cabe destacar la trufa de octubre, una variedad que destaca por su calidad y que también ya puede encontrarse en diferentes puntos de la provincia. Esta cuenta con una mayor dificultad para poder ser detectada ya que en la mayoría de los casos es necesario salir al monte acompañados de un perro adiestrado especialmente para ello.
Boom de la trufa
En los robledales y en las montañas ya se puede encontrar esta variedad. «Esta trufa de octubre no está, digamos, catalogada en plantaciones truferas o en acotados truferos, porque eso sale en muchos sitios, la verdad, en este momento», explica Oria de Rueda agregando que «antes esta variedad apenas tenía relevancia, pero tras el boom de la trufa de invierno se ha revalorizado».
La trufa de invierno se produce en grandes e importantes cantidades en el Cerrato de la provincia, pero hasta entonces todavía habrá que esperar y disfrutar de esta otra especie que, en palabras del experto en micología, cuenta con grandes propiedades que han provocado su comercialización dentro y fuera de Palencia.
Esta variedad clásica alcanza un valor de 1.000 euros por cada 1.000 gramos, convirtiéndola en un producto de auténtico lujo y en un hongo destinado a la alta gastronomía. «Las de ahora tienen un precio considerablemente menor, como del orden de 150 o 200 euros el kilo, pero eso hace que puedas tener unas trufas bien grandes, naturales, españolas y con aroma», recalca.
Ahora, muchas empresas ofrecen este producto recolectado por vecinos de la provincia de Palencia que permite exportarlas al exterior. «Estas trufas no son tan caras y son bien buenas. Además, no es la trufa asiática que ya está empezando a venir, que no sabe ni huele a nada y le meten un aroma químico de la industria, procedente de la industria del petróleo», advierte.
Oria de Rueda destaca la amplia oferta de la que se dispone en fruterías de la capital y la provincia, donde se ofrecen los ejemplares que han podido recolectar personas locales y que ponen a disposición de cualquiera unos productos de altísima calidad cada vez más valorados en la cocina y también en la mesa.
Más fáciles de identificar son, por ejemplo, las setas sanmigueleras, que salen por San Miguel, y que son de una tonalidad blanca y un gran tamaño, lo que facilita su recolección. Pero esta situación no se repite en toda la región ya que, por ejemplo, Soria o Burgos ya llevan semanas de recogida mientras que en Ávila se prevé una campaña mucho más floja que en años anteriores.
«En Palencia ha habido tormentas fuertes y ha permitido poder recolectar antes. Depende mucho de estos chaparrones que estamos viendo estos días», recalca Oria de Rueda, quien augura una temporada muy favorable que permita recoger hasta 950 toneladas de hongos silvestres comestibles.
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