Más de 3.000 palentinos trabajan por mantener sus recuerdos
El colectivo celebra el Día Mundial del Alzheimer con una jornada de puertas abiertas en el centro de San Juanillo
pilar rojo
Miércoles, 21 de septiembre 2016, 17:55
Puzzles, cuadernos de ejercicios, clases de punto, manualidades, música... Son las asignaturas que los pacientes con alzheimer desarrollan durante tres horas todos los días en los centros de La Puebla y San Juanillo en la capital y en el centro de día de Guardo. Aunque no existe una estadística específica, se calcula que son más de 3.000 los palentinos que padecen alzheimer en alguna de sus fases. De ellos, 37 que residen en la capital y que se encuentran en las primeras etapas de la enfermedad, acuden a los centros de día que gestiona la Asociación de Familiares de Alzheimer en un intento de conservar sus recuerdos el máximo tiempo posible. «La edad media está en torno a los 65 o 70 años. Es cierto que hay pacientes más jóvenes, en torno a los 60, que son excepcionales, y otros superan los 80 años. En cuanto a la distribución por sexos, es similar el porcentaje de hombres y mujeres», destaca la presidenta, Milagros Carvajal.
El colectivo ha conmemorado el Día Mundial del Alzheimer con una jornada de puertas abiertas en su centro de día para dar a conocer el trabajo diario con los enfermos y los familiares.El delegado territorial de la Junta, Luis Domingo González, y el gerente de Servicios Sociales, Eduardo García, visitaron los talleres en San Juanillo y destacaron el fuerte respaldo económico de la administración regional a este colectivo y al de Guardo, que en su conjunto han recibido de la Junta 26.900 euros para los distintos programas de este año.
De lunes a viernes, los 37 usuarios acuden a los dos centros donde una plantilla de seis personas (coordinador, terapeuta, fisioterapeuta, psicólogo y cuatro auxiliarse) trabajan en la estimulación sensorial y cognitiva de los enfermos. Cuadernos de actividades que se asemejan a los de cualquier colegio, clases de música, manualidades o actividades tan rutinarias como el cuidado de las plantas complementan al uso de tabletas, ordenadores y pizarras digitales en un intento desesperado de que los recuerdos permanezcan almacenados en la memoria el máximo tiempo posible. «De momento, es lo único con lo que se puede trabajar para evitar que la enfermedad avance a pasos agigantados. Y está comprobado que funciona», agrega Milagros Carvajal.
El centro de día es un recurso inicial antes de que el alzheimer comience a avanzar. «Cuando vemos que el paciente comienza a estar más deteriorado, éste no es el recurso adecuado. Debe pasar a un centro, aunque a las familias les cueste verlo».
Además de la jornada de puertas abiertas, la jornada se ha conmemorado con la elaboración de un postre en forma de pez para recaudar fondos y la un convenio con el Ayuntamiento para poner en marcha más programas de atención al cuidador.
La enfermedad del alzheimer reúne bajo su denominación a diferentes patologías que tienen en común una neurodegeneración progresiva de las facultades mentales. Aunque se habla en ocasiones de avances farmacológicos, lo cierto es que los expertos reconocen que la solución a la enfermedad está muy lejos. Mientras llega ese momento, las asociaciones de familiares lanzan un mensaje al entorno de los enfermos: que se informen, que reflexionen sobre cómo afrontar la enfermedad, que busquen apoyo, que no dejen para el final los problemas sociales, legales y de seguridad que plantea la enfermedad, y sobre todo, que sepan que no pueden resolver solos las dificultades.
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