Los libreros salen a la calle para fomentar el hábito a la lectura

Este año se cumple el vigésimo aniversario desde que la Unesco declaró el 23 de abril como Día Internacional del Libro, aunque no fue hasta el siguiente año cuando se celebró por primera vez. Sin embargo, en la capital palentina ha habido que esperar dos décadas para que los libros salgan a la calle, como se hace desde hace tiempo en otras ciudades españolas. Así, ocho libreros y editores palentinos organizaron ayer en la Plaza Mayor una pequeña feria del libro que atrajo a numerosas personas.

«La idea surgió porque esta actividad ya se organiza en muchas capitales y los ciudadanos nos lo estaban demandando desde hace algún tiempo», explicó ayer Javier del Burgo, presidente de la Asociación de Libreros y Editores de Palencia (Alep), agrupación que, junto al Ayuntamiento de Palencia y con el patrocinio de la Diputación, ha organizado esta cita con la cultura con la que se pretende inculcar el hábito y el amor por la lectura entre los palentinos, ya que tras el éxito de la primera edición, los participantes esperan que haya otras posteriores.

Mentor, Entre Líneas, Nobel, Del Burgo, Iglesias y Ateneo fueron las librerías asistentes, mientras que en lo que respecta a las editoriales estuvieron presentes Cálamo y Menoscuarto (las dos del mismo editor) y Aruz Ediciones. Todas ellas se dispusieron en forma de cuadrado a escasos metros de las escalinatas del Ayuntamiento. «Hemos aprovechado que hacía un buen día para colocarnos así, de manera que los puestos no tengan ni principio ni fin, que seamos todos iguales y tengamos el mismo espacio y las mismas posibilidades», señaló Javier del Burgo.

Las numerosas personas que se acercaron en la mañana de ayer a la Plaza Mayor pudieron adquirir todo tipo de libros, porque la oferta es amplia, pero «lo que faltan son lectores», según aseguró el presidente de la Asociación de Libreros y Editores de Palencia. «Hay pocos que leen mucho y muchos que leen poco o nada», apostilló, resumiendo con esta frase la situación que atraviesa el sector.

Y si en Cataluña la costumbre es la de regalar un libro y una rosa, en Palencia los libreros y editores han decidido innovar obsequiando a los clientes con un panecillo por cada libro que adquirían. «En una de las reuniones que celebramos pensamos en dar algo que fuese identificativo de Castilla, se nos ocurrió la idea de un panecillo para no copiar lo que hacen en otros lugares», indicó Del Burgo. Además de este regalo, los compradores se beneficiaron de un descuento especial del 10% en cada uno de los libros respecto a su precio habitual durante el resto del año.

Entre los principales enemigos de los libros, Javier del Burgo destacó «la falta de interés por la cultura que hay en este país en general, parece que es algo marginal, no se tiene como una base sólida de la sociedad, ese es el verdadero enemigo». El librero también reconoció que el auge de los libros electrónicos ha perjudicado a la venta de ejemplares en papel. «¡Desde luego que ha afectado! Yo tengo clientes que me dicen que ya no van por la librería porque tienen un libro electrónico...», comentó. «Los editores se han dado cuenta de que hay que editar libros que sean más un objeto, que no solamente se lean», añadió.

La templanza, la última novela de María Dueñas, y Hombres buenos, también el último libro de Arturo Pérez Reverte, fueron dos de los libros más vendidos ayer y también los más demandados por los lectores palentinos en los últimos meses.