Las lanzaderas gustan al mercado

Las Lanzaderas de Empleo y Emprendimiento Solidario que se desarrollan en la capital palentina y en Aguilar de Campoo en sus dos convocatorias iniciales han logrado a pocos días de su conclusión una inserción laboral del 85%.

La Fundación Santa María la Real, promotora de esta iniciativa, destaca que de los 20 miembros que integran cada una de estas dos lanzaderas, 17 han logrado modificar su situación laboral gracias a dinámicas de trabajo en grupo, la celebración del foro de empleo, las visitas a empresas y las intermediaciones laborales. La lanzadera de Palencia, que es la primera que se desarrolla en la capital, llegará a su fin esta semana, mientras que la de Aguilar concluirá la próxima.

El coordinador de la lanzadera, Rodrigo Aguilar, explica que «cuando hacemos balance, nos solemos centrar casi siempre en los casos de inserción por cuenta ajena. Son la mayoría, y los resultados son muy gratificantes, pero las lanzaderas también tratan el emprendimiento».

En la provincia de Palencia, se desarrolla una tercera Lanzadera, la Aguilar III, que dará por concluida su actividad el próximo 30 de septiembre. Hasta entonces, sus integrantes apuran los últimos días reforzando el contacto directo con empresas, visitando factorías y realizando intermediaciones laborales. «Es una lanzadera exprés, en apenas tres meses hemos logrado casi el 60% de inserción y esperemos que los contactos de estos últimos días tengan un resultado positivo», explicó su coordinadora Ana Boada.

Dos ejemplos de inserción laboral son Maite Rodríguez Corrales y Rebeca Corada Tobalina, integrantes de las Lanzaderas de Empleo de Palencia y Aguilar de Campoo, que han puesto en marcha sus propios negocios: una consultoría pedagógica en la capital palentina y un centro de osteopatía en Polientes (Cantabria), respectivamente. Ambas relatan su experiencia emprendedora y lo aprendido con sus compañeros en las lanzaderas, puestas en marcha por la Fundación Santa María la Real, con la colaboración de la Obra Social La Caixa y la Fundación San Cebrián.

Maite Rodríguez Corrales es una joven pedagoga que en enero llegó a la Lanzadera de Empleo de Palencia para cambiar su situación laboral y finalmente lo ha logrado. «Toda mi trayectoria profesional está ligada a la pedagogía, a guiar a las personas en la búsqueda de nuevas alternativas. Las personas de mi entorno me habían animado a emprender, pero no ha sido hasta mi participación en la lanzadera, con el apoyo de todo el equipo, con los contactos hechos, cuando realmente he sentido que podía poner en marcha mi propio negocio», explica Maite, que reitera que su paso por el programa «ha significado un antes y un después; ha supuesto no solo volver a tomar el rol de pedagoga, sino una actualización de competencias laborales, nuevas formas de trabajar y un verdadero máster en recursos humanos».

Con esta premisa, Maite Rodríguez ha puesto en marcha su negocio: Orienta-M, una consultoría pedagógica ubicada en el Centro Goal de Idiomas (Calle Mayor, 136). Ofrece atención directa a personas desempleadas, estudiantes en búsqueda de nuevas soluciones laborales y formativas, becas o empleo, además de asesoramiento a colegios, centros formativos o empresas que buscan formación para sus trabajadores.

La coyuntura actual

Es consciente de la dificultad de emprender en la coyuntura actual, pero anima a otros jóvenes a seguir su ejemplo y apostar por lo que uno quiere y le apasiona. «Ahora bien, para ello es necesario previamente conocerse bien, tener un proyecto muy meditado y planificado, y entender los posibles riesgos o fracasos como un aprendizaje positivo», advierte Maite, quien defiende la formación como la mejor herramienta para potenciar el espíritu emprendedor. «No obstante, conviene matizar que no solo es emprendedor la persona que pone en marcha su propia empresa, sino la que tiene inquietudes por avanzar en su puesto de trabajo», concluye.

Por su parte, Rebeca Corada Tobalina es una joven licenciada en Educación Física que llegó a la lanzadera en enero, procedente del municipio cántabro de Polientes y tras una etapa anterior trabajando como profesora en colegios de Madrid. «Era el momento de dar el paso de la ciudad al medio rural, del trabajo por cuenta ajena al negocio propio», explica Rebeca, que en junio abrió su propio centro de osteopatía. «Hay que saber atender la demanda correctamente, posicionarse en el mercado y saber venderse, de eso he aprendido también en la lanzadera», concluye Rebeca en este momento vital de su proyecto.