La Junta recupera en Cervera uno de los más destacados ejemplos de eremitorios

La Consejería de Cultura y Turismo, dentro de las actuaciones del plan del Románico Norte que lleva a cabo la Fundación Santa María la Real, ha rehabilitado y acondicionado para el uso turístico la Cueva de San Vicente de Cervera de Pisuerga, uno de los más destacados eremitorios del curso alto de los ríos Ebro y Pisuerga que data del siglo IX. La actuación ha supuesto una inversión de 65.000 euros en una construcción rupestre que se constituye como uno de las primeras muestras de la repoblación de los foramontanos tras el inicio de la Reconquista y germen de los monasterios.

Los resultados de los trabajos han sido visitados este martes por el secretario de la Consejería, José Rodríguez Sanz-Pastor, y el director de la Fundación Santa María la Real, Juan Carlos Prieto, quienes han destacado la singularidad de esta construcción rupestre labrada sobre piedra arenisca que, a diferencia de otras, se encuentra en elevada en el exterior, según informa Ical.

José Rodríguez Sanz-Pastor ha explicado que el eremitorio presentaba un mal estado de conservación general debido especialmente a la acción de la climatología y las visitas incontroladas, así como a la acumulación puntual de agua en las tumbas y parte superior de la cueva que llegó a filtrarse al interior a través de oquedades.

Las intervenciones llevadas a cabo para la restauración, que han supuesto una inversión de 65.000 euros, han incluido la actuación sobre superficie de la cueva para minimizar el impacto de los agentes ambientales así como la instalación de un vallado perimetral que ejerza de control para las visitas a la ermita. Además, se ha adecuado el entorno e colocación de un panel informativo que ayude a interpretar al visitante la importancia de la construcción rupestre.

También desde la Fundación Santa María la Real se ha desarrollado una campaña de difusión y divulgación del valor de la ermita entre escolares y habitantes de la zona.

Una joya

Rodríguez Sanz-Pastor ha destacado la importancia y curiosidad de la ermita, que calificó de joya, y que además de ser una construcción única al haber quedado en el exterior alberga numerosas tumbas antropomórficas medievales de las todavía que se pueden distinguir claramente una docena.

El director de la Fundación Santa María la Real también ha valorado su importancia «trascendental» como muestra de que la zona fue una de las primeras repobladas por los foramontanos que atravesaron la Cordillera Cantábrica para asentarse en poblados cercanos a ríos en lugares hasta entonces ocupados por los moros. Asimismo, ha resaltado que este tipo de cuevas fueron el germen de los monacatos.

La construcción, que a primera vista resulta confusa, consta de una pequeña nave en forma de 'L' rematada en un solo ábside al que precede un presbiterio, una sacristía adosada al lado norte y, en el exterior, la necrópolis rupestre.

El director general de la consejería de Cultura y Turismo, por otro lado, ha anunciado que entre finales de agosto y principios de septiembre se llevarán cabo los trabajos de restauración de la espadaña de la ermita de la Cruz, también en Herrera de Pisuerga, que ya ha sufrido algún desprendimiento. La actuación tendrá un coste de entre 30.000 y 40.000 euros.