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C. V. G. /ICAL
Domingo, 3 de agosto 2014, 13:12
Cuando todo parecía indicar que el cangrejo de río autóctono estaba abocado a sobrevivir en zonas aisladas en las cabeceras de los ríos, protegido y escondido de la amenaza de invasión de sus enemigos los americanos, surge un rayo de esperanza. La Casa del Cangrejo de Río de Herrera de Pisuerga ha conseguido por primera vez en Castilla y León la reproducción en cautividad de este crustáceo considerado vulnerable en el catálogo de especies amenazadas. «Hemos sido padres», anuncia orgulloso David Tutor, uno de los dos ingenieros ambientales encargado de la gestión del centro propiedad de la Fundación Patrimonio Natural de la Junta. «El acontecimiento tuvo lugar la semana pasada, y hemos podido contar cuatro o cinco crías de un tamaño diminuto; el doble de un ojo de un cangrejo», describe.
La eclosión de los primeros huevos en un criadero de la comunidad es de gran importancia medioambiental, pero adquiere mayor relevancia que se hayan conseguido crear las condiciones idóneas para que se produzca. «Hemos dado con la temperatura adecuada, los nutrientes precisos, y otros factores que han hecho posible los nacimientos de una especie muy delicada. Esto nos permitirá criar aquí para poder reintroducir la especie en los ríos», indica Tutor. Confiesa que es el primer sorprendido en haberlo conseguido en solo tres meses.
Aunque las experiencias en el criadero de la Casa del Cangrejo comenzaron con su apertura en abril, existe un extenso trabajo previo de documentación de David Tutor y su compañero, José Antonio Morato, basado en estudios de la Universidad de León y los logros del centro de El Chaparrillo, en Ciudad Real.
Una vez conseguidas las condiciones idóneas, la cría y desarrollo de los ejemplares nacidos es mucho más sencilla, explica David Tutor. «Se les aparta en un reservorio dentro del acuario e irán creciendo y mudando el esqueleto y, salvo que se produzca algo raro como que tengan un problema hormonal o similar, en tres años estarán listos para la reproducción». Tutor calcula que en tres o cuatro años probablemente contarán con individuos de todas las edades, lo que permitirá obtener crías suficientes para un programa de reintroducción de la especie en los ríos Castilla y León.
De momento, se publicarán los resultados del proyecto llevado a cabo en la Casa del Cangrejo y, después, se elaborará el plan de reintroducción.
En la cabecera de los arroyos
Desaparecido en el 90% de los ríos a su paso por Castilla y León, la presencia del cangrejo autóctono, también conocido como de patas blancas, ha quedado reducida a cabeceras de arroyos de aguas limpias y calizas, cuya localización Tutor no quiere desvelar por temor a una posible intervención humana que lo haga peligrar.
Hasta la década de los 70 habitaba los ríos españoles, con mayor presencia en las dos Castillas, Aragón y Navarra, y, considerado el marisco de los pobres, su pesca tenía destacados usos sociales y gastronómicos.
Prueba de la consideración que llegó a tener entre los habitantes del medio rural es la celebración del Festival Nacional de Exaltación del Cangrejo de Río que, declarado de Interés Turístico Regional, se lleva festejando durante 43 años en Herrera de Pisuerga cada primer fin de semana de agosto, y que hoy vive su día central.
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