Zumbados

Igual que todas esas peñas de neonazis, son tan ignorantes que ni saben, ni imaginan, que Fred Perry, el tenista inglés que da su nombre a la ropa deportiva que llevan, era socialista y su socio, Tibby Wegner, era judío. La empresa quiere destacar que no tiene nada que ver con los extremistas y que está totalmente en contra de su ideología.

No es la primera vez que la ropa de Fred Perry ha sido adoptada por macarras, en los años 60 del siglo pasado sus polos fueron la marca elegida por los primeros cabezas rapadas en Inglaterra, pero, sí, es la primera vez que un presidente de los EE UU da su apoyo a los macarras que los llevan.

En su 'debate' con Joe Biden, la semana pasada, Donald Trump ordenó a los Proud Boys «estar atentos», presumiblemente por si acaso pierde las elecciones presidenciales en noviembre y les necesita para vengar su derrota. Quizás lo que digo suena sensacionalista. Ojalá. Trump es un fan de la extrema derecha, y pasa mucho tiempo viendo videos en Internet de sectas xenófobas.

Si los Proud Boys parecen fanáticos, son liberales progresistas en comparación con los zumbados de QAnon. Ese culto casi religioso apareció hace cuatro años. Si no fuese tan peligroso, sus creencias serían de risa. Sus muchos seguidores están convencidos de que el mundo está controlado por un grupo secreto compuesto por banqueros judíos, actores de Hollywood, periodistas, y el Partido Demócrata. Piensan que son pedófilos, dedicados a la adoración de Satán, que secuestran niños, de los que abusan sexualmente antes de asesinarles para beber su sangre, cosa que creen les prolonga la vida. El «salvador» es Donald Trump, que pronto va a iniciar el día de la 'storm' (tormenta), cuando el ejército tomará el control para hacer «un gran ajuste de cuentas».

Lejos de condenar a estos lunáticos, Trump agradece su apoyo y asegura que son patriotas que quieren a su país, o sea, que le caen bien. Ojo.