Tres presidentes, tres
Que el PP de Valladolid tuviera que recurrir a un quinta fila orgánico para presentar a su candidato más significativo a las municipales demuestra cuán lejos los quieren Feijóo y los que mandan en Génova
Algunos tuvieron que escucharlo de boca de Macarena Olona en el programa de Jordi Évole hace ocho días para darse cuenta de lo que se ... sabe muy bien en estas tierras, porque se vio el 10 de marzo de 2022 en las Cortes de Castilla y León: Santiago Abascal es el que mueve los hilos de los cuatro miembros de Vox que ocupan la Vicepresidencia (sin cartera) y tres consejerías de la Junta de Castilla y León que gobierna el pacto PP-Vox. Esos descreídos, que pensaban que estos cuatro dirigentes, como los que se sientan en el grupo parlamentario o en concejalías, tienen alguna capacidad de decidir. Lo que manda Madrid, es decir, Abascal, se hace. ¿Necesitaban oírlo de boca de Olona? Pues ya lo han escuchado. Pero lo diga Olona o su porquero, así se está políticamente en Castilla yLeón desde hace un año.
Y así se alcanza a comprender por qué hoy en la Junta cohabitan de facto tres presidentes. El institucional, Alfonso Fernández Mañueco,que a la vez preside el PP regional; el de los tres consejeros de Vox, Juan García-Gallardo, y Abascal, que es el que de verdad manda sobre estos cuatro ('el vice', Gonzalo Santonja, 'Cazacomunistas' Veganzones y Gerardo Dueñas).
Tres presidentes, tres. ¿Garantiza eso una mejor gobernabilidad? Esta semana se ha vuelto a recordar que no. El miércoles pasado quedó aprobada la ley que permitirá aplicar los Presupuestos de Castilla y León 2023. Acuérdense de que el viceportavoz popular en las Cortes, Ángel Ibáñez, provocó en diciembre que sus procuradores (y los de Vox, a los que arrastró) votasen en contra de esa norma. Ha habido que repetir todo el trámite. Dos meses han tardado en aprobarla, después de hacer gastar al erario regional con un pleno extraordinario en enero; dijeron que populares y 'voxianos' renunciarían a sus dietas, pero aún no han presentado los documentos en los que eso se pueda ver; ¿los van a enseñar? Y el retraso a febrero de la aprobación de dicha ley se ha hecho para no gastar más dinero en dietas y kilometrajes tras esa metedura de pata. Retir todo el procedimiento y gastar 33.000 euros, de haberse desarrollado en sesiones extraordinarias en enero, era una mácula que no podían soportar los dos partidos que sostienen a la Junta.
Por cierto, Ibáñez es el que dirige la campaña del PP de Castilla yLeón para las municipales y ha iniciado una ruta fotográfica por las provincias, reuniéndose con las direcciones del PP para preparar la campaña. Relatan (eso sí, por lo bajini) que hay cierto cachondeo en las sedes por las que ha pasado a cuenta del chusco episodio del voto en contra del primer presupuesto PP-Vox.
Con las polémicas que en menos de un año han provocado los socios de Vox a un PP de Castilla y León al que tienen agarrado por la solapa, no extraña que para presentar a su candidato a la Alcaldía de Valladolid, Jesús Julio Carnero, los populares de esta tierra tuvieran que recurrir hace unos días a un quinta fila orgánico, por muy alcalde de Madrid que sea, José Luis Martínez Almedia. ¿Pero no es Valladolid la Alcaldía más significativa de la región en juego en las elecciones del 28 de mayo? ¿Pero no dicen que el candidato del PP es un peso pesado del partido y de la Junta? Pues de ser cierto, aquí debería haber estado el mismísimo Alberto Núñez Feijóo, ¿no? O, puestos a descender en el organigrama, la segunda de a bordo, la secretaria general y portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra. O el tercero en liza, el coordinador general del partido, Elías Bendodo. O la máquina de hacer votos, la heroína popular, Isabel Díaz Ayuso. O, ya puestos, alguien muy relevante como José María Aznar, que para eso vivió y trabajó en Valladolid.
'Ni el Tato', que diría Rajoy, de los actuales mandamases populares, excepción hecha de Almeida, que es popular (del PP) pero no manda en el partido, vino a presentar a su candidato a la Alcaldía de Valladolid. La actual dirección nacional del PP huye de mezclarse con sus correligionarios castellanos y leoneses. El motivo principal, esencial, es el pacto con Vox y los desaguisados políticos que provoca la formación de Abascal al partido de Mañueco, consentidos por este, claro, que si quiere seguir en el puesto tiene que tragar con lo que traga y vaya usted a saber qué más de lo que está por llegar.
El corolario llamativo muestra que Conrado Íscar y Mercedes Cantalapiedra pintan en la sede nacional de su partido poco, tirando a nada. ¡Quién vio al PP de Valladolid y quién lo ve hoy!
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