Con una piña
Ahora, 'me gustas' se dice sin palabras y con un toquecito de carro.
El otro día me enteré de que ahora se liga en el supermercado. Ventajas de estar casada, la verdad, porque si ya da pereza ir ... a hacer la compra, imagine si encima hay que estar esquivando las exhibiciones de cortejo de ciertos especímenes. Me dan escalofríos sólo de pensarlo. La cosa es que no vale cualquier establecimiento. Tiene que ser en una cadena en concreto de 19 a 20 horas. Importante no equivocarse de franja para no parecer una babosa desnortada.
Da igual lo que se lleve en el carrito, fundamental meter una piña boca abajo para dejar claro a lo que se ha ido y no es a por kiwis. El proceso de seducción se consuma en la sección de vinos chocando «fortuitamente» contra el carro de la persona elegida o corriendo, si usted lo que quería era sangría y ve que se le arriman con la piña. No digo más que luego todo se sabe, pero me debato entre la curiosidad de comprobar que es cierto y el miedo a que alguien le vaya al marido con el cuento de que me ha visto en el súper en la hora crítica. La vieja del visillo, feliz porque por fin es interesante salir de casa.
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Ahora, 'me gustas' se dice sin palabras y con un toquecito de carro. Hasta ir a por yogures tiene una doble lectura. Ya no es sólo con el tabaco. Estrafalario, aunque mejor que lo de los hipopótamos. Se «lleva a la chica» el que más la salpica con sus heces. No vamos a dar tampoco ideas que cualquier día.
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