Las tiendas de discos en Valladolid: la resistencia del vinilo
De Foxy a Discos Tipo, memoria de la compra musical en el comercio local
No corren buenos tiempos para la compra física. Cualquier disco, por raro que sea, está a solo tres o cuatro clicks de ratón, pero los ... de la vieja escuela añoramos esas experiencias iniciáticas en las tiendas londinenses de segunda mano, repasando vinilo tras vinilo, cajón tras cajón, hasta acabar con las yemas de los dedos negras. Bendita mugre. Así que bienvenidos sean los valientes empeñados en perpetuar este vicio.
En un tiempo lejano, también aquí floreció el mercado de soportes musicales (cedés, vinilos, ¡¡¡casetes!!!). De aquel Valladolid pretérito recuerdo largas tardes de sábado en Foxy, en el Pasaje Gutiérrez, poniéndome al día del efervescente panorama del rock de los 90. Sin salir del centro estaba la mítica Charly Blues, vinilo a saco, nuevo y de segunda mano, en las Galerías Campo Grande, después en San Isidro. No menos legendaria era Discos K (calle Esgueva) y quien gustara de locales bien surtidos podía acercarse a Discovery (Nicolás Salmerón) o a Disco Center (Labradores). Esta última, ahora en Alonso Pesquera, es la única superviviente del antiguo circuito local, que daba cabida incluso a tiendas tan especializadas como Raza Records (electrónica) o Mastropiero (clásica y jazz). No debo olvidarme de Discos Tipo, cuya filial pucelana resistió hasta el cierre de la cadena. Y a todas ellas se sumaban los espacios que las grandes superficies dedicaban a la venta de música.
No despreciemos las ventajas del comercio digital, mola mucho recibir un cedé por correo desde Japón, pero aquellas conversaciones interminables sobre lo divino, lo humano y lo discográfico con Carlos Pedreño (Charly Blues) rematadas con la compra de un par de vinilos no tenían precio.
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