Necesitamos reactivar la economía

Es difícil entender por qué debemos elegir entre «sanidad y economía». Ambas cuestiones han de ir resolviéndose de la mano, son compatibles y necesarias en nuestras vidas. Es por ello que necesitamos avanzar en ambas direcciones. En ambas. 

En cuanto a la cuestión sanitaria, pocos parecen saber del COVID-19, comenzando por los que nos gobiernan.

Sin embargo, respecto al reto económico tenemos más pistas sobre lo que hemos de hacer, por modelos de crisis anteriores.

En primer lugar, la empresa necesita seguridad.  Reclamamos pocas normas, pero claras y sin vaivenes; la empresa familiar ya lo está haciendo así, por ejemplo, con la puesta en marcha del sello BSafe, que procura la seguridad y limpieza en sus instalaciones.

En segundo lugar, la economía necesita visión optimista-realista, comunicación a raudales, mensajes tipo «esto no puede parar» o «con esfuerzo y trabajo, saldremos de esta». Preocupa el pesimismo instaurado en la opinión pública y en la sociedad, muy difícil para activar el consumo.

En tercer lugar, necesitamos acelerar la campaña de consumo interno, promoviendo los productos y servicios de nuestra tierra, primero por calidad y segundo por solidaridad (o viceversa).

En cuarto lugar, exigimos que el gobierno central cumpla con las leyes, por ejemplo, pagando los ERTES ya.

En quinto lugar, demandamos que los diferentes gobiernos se pongan al frente de la manifestación por la reactivación y el empleo, en lugar de construir un país subvencionado.

En conclusión, queremos que se abra el país, por supuesto de manera organizada y cumpliendo con las obligaciones sanitarias que exige esta crisis. Pero las dos cosas: seguridad y economía. Más vale tarde que nunca.