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Antoni Comín y Carles Puigdemont. Europa Press
El estado de la cuestión
Opinión

El estado de la cuestión

La gobernabilidad ofrece serias incógnitas demasiado pronto, con grietas dentro de la coalición y en el entorno de los apoyos

Jesús Quijano

Valladolid

Domingo, 26 de mayo 2024, 00:09

Son tantas las turbulencias procedentes a diario de la política, que unas sustituyen a otras a la velocidad del rayo sin dejar apenas tiempo ni ... sosiego para un mínimo análisis. Solo en estos últimos días, Milei, Palestina, algunas votaciones en el Congreso, algunos trámites judiciales, además de los consabidos exabruptos de variado origen, nos hacen ver que no hay resquicio para nada más, que vivimos un ambiente de sobresalto continuo en el que todo está revuelto y en el que no hay un mínimo de espacio reservado a la calma. La gobernabilidad ofrece serias incógnitas demasiado pronto, con grietas dentro de la coalición y en el entorno de los apoyos; el tratamiento de las relaciones exteriores como política de Estado es una absoluta quimera; nada está exento de radicalidad verbal y nada hace pensar que algo vaya a cambiar, aunque solo fuera con la intención de recuperar algo de cortesía parlamentaria entre adversarios. Más bien parece que aquel equívoco envite de cinco días de reflexión que planteó el Presidente del Gobierno no haya hecho sino recrudecer las hostilidades, sin que haya florecido ningún atisbo de propuesta formal de regeneración democrática

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