Entraron dos, salieron tres
LA ESPITA ·
Hubo debate, por fin, y el candidato de Ciudadanos supo colocarse en plano de igualdad con los del PP y del PSOELos debates son como los revólveres: hay veces que los carga el diablo. A no ser que sepas cargarlo tú mismo. Y eso es lo ... que hizo ayer el candidato de Ciudadanos a presidir Castilla y León, Francisco Igea, en el segundo y último encuentro televisado entre los cuatro cabezas de cartel en estas autonómicas. Igea lo preparó concienzudamente; por eso cuando apuntó con su revolver (a ver, a ver, que es una metáfora) a los rivales del PP, Alfonso Fernández Mañueco; y del PSOE, Luis Tudanca, no le salió el tiro por la culata. En el último encuentro televisado entre los cuatro candidatos a la Junta hubo debate, ¡menos mal! Es la principal novedad respecto a lo del día 14. Y con debate-debate, Igea aprovechó para salir en igualdad de plano que sus rivales popular y socialista. Metió varias veces cuchara en la cazuela y lo que había para repartir entre dos, se distribuyó entre tres. ¿Qué había para repartir? Protagonismo. Y si lo mismo a repartir entre dos se reparte entre tres, dos reciben menos y el tercero, aunque reciba lo mismo que los otros dos, parece que logra más. Fue el resultado final: llegaron a debatir cuatro, de los que dos (PP y PSOE) entraron con más opciones de protagonismo y salieron tres en igualdad de condiciones. ¿Cómo estuvo cada uno? Este es el parte:
Alfonso Fernández Mañueco (PP): El sorteo le otorgó abrir y cerrar el debate (el que da dos veces...). Por sorteo. Tuvo comparaciones afortunadas, midió los tiempos, fue el primero en hablar de vivienda para jóvenes (la vela que va delante...) y el que más habló de medio rural. Con 3 de los 5 asuntos a debatir vinculados a la gestión de servicios públicos esenciales contó con el aval de informes de organismos y entidades favorables a la gestión del PP en sanidad, educación y dependencia. Atacó al PSOE con el mejor arma que tiene un rival: Zapatero. Defensa-ataque bien llevada.
Luis Tudanca (PSOE): Más incisivo que hace ocho días, tiró de orgullo socialista, aplicó realismo y estuvo propositivo (el que más). No lo fió todo tanto al resultado del 28-A y, aunque vuela por la campaña con viento de cola, no despegó los pies del suelo. Y dejó muy claro que el resultado del domingo es lo único que cuenta: castillos en el aire (encuestas) ni los justos. Pero como tenga un escaño más que el PP, a por la Presidencia. Ataque-defensa resuelto cabalmente.
Francisco Igea (Ciudadanos): Fue a por lana y volvió... ¡con lana! Hizo su debate. Equidistante de los mayoritarios, buscó su espacio, se asentó en el mismo y se zafó de las preguntas. Tiró de mayéutica. ¿Va a pactar con el PP? ¿Con el PSOE? fueron preguntas que recibieron de él respuesta en forma de pregunta. ¿Qué van a hacer PP o PSOE si quieren su apoyo? Y en el colmo del aprovechamiento de las condiciones dejó en el aire una especie de que por qué no él presidente.La mejor defensa...
Pablo Fernández (Podemos): Resulta que el parlamentario más culto de esta legislatura, con permiso de Juan Vicente Herrera, pasará a la historia del debate por sus chascarrillos (de Nobel el de «la faz pétrea» de Mañueco). Ayudaron a superar los incómodos silencios, pero quedó desplazado del foco. Y es que si cargas mal el revólver (a ver, a ver, que es una metáfora) te puede salir el tiro por la culata. Hay debates que parece que los carga el diablo.
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