Los encierros de Villarramiel
«Legajo interesantísimo por diversos motivos, sin duda acredita que los encierros de Villarramiel ya eran famosos hace cuatrocientos veinticinco años»
Algunos curiosos escépticos me preguntan por unas declaraciones de la alcaldesa de Villarramiel, Nuria Simón, en las que afirma que sus célebres encierros de ... agosto cuentan con más de cuatrocientos años de historia.
Pues es cierto, como acredita una ejecutoria del 29 de julio de 1597 a propósito del pleito entablado por una mujer de Villarramiel contra Luis de Escobar, vecino de Capillas, «sobre que estando corriéndose toros en la dicha villa se había dado con una garrocha en la cabeza a Alonso Lombroso», su marido, garrochazo que «le auía rronpido cuero e carne e le auía pasado hasta los sesos […], de la qual herida auía venido a morir e auía muerto».
Escobar reconoció el hecho pero no la intencionalidad, argumentando que su lanzamiento buscaba al toro, no la cabeza del finado, desgraciadamente interpuesta en su trayectoria, versión aceptada por unos jueces que lo condenaron a pagar a «la dicha Sabina García Hernández e sus hixos, por rraçón de los danos que se le an seguido e rrecrescido a caussa de la muerte del dicho Alonso Lunbroso» cuarenta mil maravedís, más veintiocho mil en concepto de costas. ¿Y qué había guiado los pasos de Escobar hasta el lugar de autos? Pues el deseo de disfrutar de aquellos encierros, famosos en muchas leguas a la redonda y a los que acudía un gentío.
Legajo interesantísimo por diversos motivos, sin duda acredita que los encierros de Villarramiel ya eran famosos hace cuatrocientos veinticinco años. Más, bastante más, pero eso lo dejo para otra ocasión.
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