Efectos negativos
«Me parece que uno de los numerosos síntomas de la pandemia es su efecto negativo sobre la inteligencia»
Desde el punto de vista de un simple contribuyente de las páginas de opinión de El Norte de Castilla, sin formación profesional en el mundo ... de la medicina, me parece que uno de los numerosos síntomas de la pandemia es su efecto negativo sobre la inteligencia. Hablando por teléfono con una amiga en Inglaterra, de repente me di cuenta de que se ha convertido en negacionista. «Quieren confinarnos en casa por un poquito de gripe», dijo indignada, «¡Qué ridículo! ¿Cómo vamos a ir al teatro si no nos dejan salir a la calle?» Oír a una persona tan culta diciendo una cosa tan estúpida me impactó. Me sentí como el protagonista de una de esas películas de Drácula, las de horror, de Hammer, de los años 60, en el momento que se da cuenta de que no puede ver en el espejo el reflejo de la chica guapa con la que está charlando. ¡También ella se ha convertido en vampiresa!
La pena es que la mujer de la que hablo es una directora, es decir, tiene una cierta influencia sobre las vidas de la gente de su 'equipo'. (En el mundo angloparlante, gracias a la psicología corporativa, nadie es un empleado en una empresa, son, por ejemplo, 'jugadores' que forman parte de un 'equipo' o, peor, miembros de una 'familia'.)
«He dicho a la 'tripulación' que no pueden pasar todos los días currando desde un portátil en su casa, que tienen que pasar por lo menos una jornada por semana en la oficina». Pobres. Si todavía no están afectados por 'el bicho', deben estar preocupados, obligados a afrontar el dilema de arriesgar su salud u ofender a la jefa.
«¿Y tú? ¿Cuándo vienes a Londres?» Al contestarla que no voy a ningún sitio hasta que haya una vacuna disponible, se molestó, acusándome indirectamente de cobardía… «¡Bueno! ¡Nos vemos cuando tengas el valor de viajar!»
Muchos están enfadados, no solo mi amiga. «¡Quieren quitarnos nuestra libertad!», gritan.
La realidad es que no, no quieren quitarnos nuestra libertad, tampoco quieren prohibirnos trabajar, sin embargo, tienen que imponer un confinamiento para contener la extensión del virus. Esto se llama hacer lo obvio. Es tan obvio que me sorprende sentirme obligado a decirlo. Sospecho que algunos no lo ven, como consecuencia de su gran preocupación por perder dinero e ir a la ruina. Es difícil pensar racionalmente si no sabes cómo vas a pagar la luz al fin del mes.
La única solución es dar ayuda económica a los afectados. Una cosa es encerrar a la gente en sus casas y otra es esperar que sobrevivan sin ingresos.
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