Editorial: Ante la recesión que viene
Entraría dentro de la lógica que Europa hiciera posible que los países que más padecen por el virus no sean los más perjudicados económicamente
La paralización de la actividad en los países más afectados por el coronavirus significa una reducción del PIB que depende del alcance y la duración del 'confinamiento' ... y, también, de la resiliencia de la economía, que varía según los sectores: la 'descongelación' será más rápida en las manufacturas o en la industria que en el turismo. El Gobierno deberá presentar a Bruselas un cuadro macroeconómico del ejercicio antes del día 30, un verdadero reto por lo confuso de la situación. En el peor escenario, el déficit público podría alcanzar el 9,5% del PIB según el FMI, el 11% según el Banco de España y el 15% según el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF). Con estas cifras a la vista, el Ejecutivo ya ha avanzado que sus datos macro estarán próximos a los de Francia: la contracción del PIB sería del 8%, el déficit rozaría el 10% del PIB y la deuda alcanzaría el 115%.
Hasta este momento, los estímulos fiscales inyectados por el Gobierno imputables al déficit son todavía bajos; según el FMI y Bruegel (el centro de reflexión independiente presidido por Trichet), habrían representado unos 14.000 millones entre inversión sanitaria, financiación de los ERTE y ayudas a autónomos; a ello habría que sumar diferimientos fiscales y los avales estatales prestados, que no computarán como déficit hasta que haya que ejecutar los impagados. Pero, a más largo plazo, las previsiones son mucho más inquietantes: según la REAF, los gastos del sector públicos debidos a la crisis podrían alcanzar los 120.000 millones de euros y la caída de los ingresos tributarios unos 40.000, lo cual, en un PIB que habría caído un 5%, representaría el déficit del 15%. El Banco de España es algo más optimista: un déficit del 8% que resultaría a partes iguales del incremento del gasto y de la caída de la recaudación.
En principio, la solvencia de nuestro país y de los demás de la UE afectados por la pandemia está asegurada por el respaldo incondicional del Banco Europeo de Inversiones, por la disposición de más de 500.000 millones de euros dispuestos por el Eurogrupo y por el Plan de Reconstrucción aprobado por el Consejo el pasado jueves, que podría alcanzar 1,5 billones de euros. Lo relevante es que estos recursos que nuestro país va a necesitar sean en la mayor medida posible a fondo perdido para que la deuda no se dispare. Estamos ante una catástrofe natural y sería lógico que Europa hiciera posible que las víctimas más graves no sean las más perjudicadas económicamente.
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