El club de las serpientes
¿A qué 'criterio científico' responde que en las plazas de toros de Extremadura los aforos sean de la mitad y en Castilla La Mancha de tres cuartos, mientras aquí se restringen al treinta por ciento?
Como lector de Cortázar, a veces salto desde su literatura caleidoscópica a la turulata realidad normativa que nos aflige y en ese tránsito me gana ... la sensación de que rige nuestros destinos una especie de 'Club de las Serpientes' a la contra. Y a la contra porque en aquel conciliábulo de 'Rayuela', artistas y escritores discuten de todo con alegría e ingenio verbal, o sea, en las antípodas del estilo tembloroso y plomizo de 'los serpentinos' que se proclaman nuestros salvadores ante la pandemia.
¿A qué 'criterio científico' responde que en las plazas de toros de Extremadura los aforos sean de la mitad y en Castilla La Mancha de tres cuartos, mientras aquí se restringen al treinta por ciento? Pues ¿y Andalucía?, cuya Junta se ha salido por peteneras ante el inobjetable plan preventivo dispuesto por la empresa de La Maestranza, peteneras o malagueñas que el presidente Moreno (al que sus amigos legítimamente llamarán Juanma) pretende que cante la ministra de Sanidad, sacudiéndose el muerto.
¿Dónde la diferencia? No en los toros, ni en los toreros, ni en los aficionados; y tampoco en la condición de la maldita pandemia. ¿Entonces? Pues no soy 'la Maga' de 'Rayuela', me limitaré a constatar que en Castilla-La Mancha y Extremadura gobierna en solitario el PSOE mientras en Andalucía y aquí gozamos de gabinetes de coalición, bipartitos en los que unos pondrían la pusilanimidad, otros el tacticismo. Como escribió Cortázar, «cuántas palabras, cuánta nomenclatura para un mismo desconcierto».
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