Carta abierta al presidente Fernández Mañueco

Está demostrado que la mejor forma de combatir la pobreza no pasa por dar el pez, sino por dar la caña. Por eso la mejor forma de combatir la pobreza infantil pasa por dar la mejor educación posible a los niños y las niñas en situación de vulnerabilidad social y económica, lo que les permitirá tener oportunidades para salir de esa situación.

La reciente decisión de la Junta de Castilla y León, que usted preside, de priorizar la financiación gratuita del tercer curso de educación infantil en los centros privados, frente a los centros públicos, que es donde se concentra fundamentalmente el alumnado en riesgo de exclusión ha supuesto un paso atrás en las oportunidades que se les debe facilitar desde las instituciones, sí es que quiere avanzar en poner fin a la pobreza infantil. No sé si conoce, señor presidente, que en Valladolid se ha concedido la gratuidad a 60 centros escolares privados, frente a solo 7 públicos, de los 37 que existen. No se le ha concedido a ninguno de los colegios públicos incluidos en el programa 2030, que en teoría está dirigido a favorecer la educación inclusiva de calidad mediante la prevención y la eliminación de la segregación escolar por razones de vulnerabilidad socioeducativa. Es necesaria una explicación de por qué se excluye no solo a los centros públicos, sino aquellos centros que más necesitan de apoyo, porque atienden al alumnado más vulnerable.

No sé si conoce, señor presidente, que en Castilla y León el alumnado con necesidad de compensación educativa, incluyéndose en esta clasificación aquel alumnado que tiene un desfase curricular superior a dos años, o lo que es lo mismo aquel alumnado que está casi con total seguridad destinado al fracaso escolar, se eleva a 7.641 alumnos (datos de la Consejería de Educación). Si incluyéramos también al alumnado con bajo rendimiento escolar, la cifra se elevaría a 20.000. Como es de conocimiento general, este alumnado se concentra fundamentalmente en los centros públicos, pero su gobierno ha optado por no apostar por aquel alumnado que más necesita del apoyo de las instituciones.

El argumento que habitualmente se utiliza desde su Gobierno para no actuar es que debe primar la libertad de elegir centro educativo, pero es necesario precisar que la libertad de elección de centro está en relación directa con la situación socioeconómica de las familias. Año tras año, la consejera de Educación nos anuncia que el 98% de las solicitudes de matriculación han sido atendidas asignándoles el centro solicitado en primera instancia.

Esta es una lectura que oculta la realidad, porque las familias en situación de vulnerabilidad socioeconómica generalmente son conscientes de su situación, y no se les ocurre solicitar la matricula en los centros escolares privados donde acuden el alumnado de las clases con mejor situación económica y social, porque saben que tienen muy difícil obtener plaza, fundamentalmente por los requisitos que establecen que son excluyentes para aquellos en peor situación económica. Si alguna familia se decide a solicitar la matricula en esos centros y lo consiguen, en la mayoría de los casos se sienten estigmatizados, por lo que es difícil que terminen el curso. Señor presidente, le voy a formular una petición: no quiero que me baje los impuestos, quiero que les gestione de forma que contribuya a dar oportunidades para salir de la pobreza aquellos sectores de nuestra sociedad que son más vulnerables social y económicamente.

Finalizo quedando a su disposición, si desea abordar como avanzar en poner fin a la segregación escolar, y poder profundizar que medidas se podrían poner en marcha desde la Junta de Castilla y León.

Reciba un cordial saludo