Cambios en la inteligencia
Crónica del manicomio ·
«Gracias a la experiencia, el adulto apunta mejor y elige más acertadamente las metas, pero a la vez empieza a disparar siempre a los mismos blancos. Los objetivos no se renuevan y todo se observa bajo el mismo ángulo»No sabemos bien lo que es la inteligencia. Hay quien la distingue de la razón y distribuye sus funciones de tal modo que le concede ... a la inteligencia el entender, y a la razón, el pensar. Pero con esto no hemos hecho nada más que desplazar el problema a otro lugar, sustituir pensar y entender por inteligencia y razón. Así que lo dejamos a un lado para no hacernos un lío o limitarnos a especular. Pero no lo desplazamos del todo, porque como apunta Kant al inicio de su 'Crítica', la razón humana tiene el singular destino de verse agobiada por cuestiones que no puede evitar, porque las impone la propia naturaleza, pero que no puede resolver, porque no están a su alcance.
Uno de estos problemas, inevitables pero irresolubles, son los cambios de la inteligencia a lo largo de los años. Sobre este asunto las circunstancias son muy distintas para el hombre antiguo que para el moderno. Al antiguo los años le añadían sabiduría y respetabilidad. El Consejo de Ancianos era una institución augusta que hacía valer su madurez y su experiencia. Ante lo cual hay que aclarar que, por entonces, un hombre de cincuenta años ya era un anciano, casi cuando hoy acaba de superar la flor de la vida. Los hombres morían tan pronto que no conocían esa catástrofe humana que supone la demencia, que es olvidarlo todo y no llegar a reconocer ni a los hijos ni el lugar en el que se está. Una peste así, una condena de esta índole, solo la han conocido los modernos. Es su castigo. Es evidente que Dios no pensó en ello. Que es inocente. En otro caso, hubiera discurrido un relato paralelo al de la Torre de Babel, ya no para dispersar a los hombres y confundir sus lenguas, sino para explicarnos por qué ahuecó los sesos para templar la soberbia de quien vive en exceso.
El problema de la edad es que los años van colmatando la inteligencia. El tiempo va rellenando los depósitos de la memoria y haciendo imposible la libre circulación de las ideas. Gracias a la experiencia, el adulto apunta mejor y elige más acertadamente las metas, pero a la vez empieza a disparar siempre a los mismos blancos. Los objetivos no se renuevan y todo se observa bajo el mismo ángulo. Una persona mayor es alguien que siempre dice lo que ya había dicho. Alguien muy coherente, por lo tanto, pero incapaz de moverse por fuera de sí mismo. Víctima de su sensatez, repite y repite los mismos puntos de vista, como hablando con las paredes.
Por eso, una persona mayor se muestra más inteligente si sigue la mirada de los jóvenes. Sabe que en aquel horizonte aparecerá otra verdad. Cuesta un poco hacerlo, y exige controlar la vanidad y el orgullo de creerse ciudadano de un tiempo mejor, más rico y auténtico que la decadencia del presente. A fin de cuentas, antaño los jóvenes querían ser como los padres o los abuelos, mientras que hoy los mayores imitan a los nietos todo o que pueden.
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