Mirar al dedo
«Cuarenta ciudades españolas tienen más población que toda la provincia de Zamora»
UNA vez le pregunté a un profesor universitario de Geografía si podía desaparecer una provincia. Borrarse del mapa. Ciao, bambino, sigan circulando, aquí no hay ... nada que ver. Siempre quedarán, me explicó, cabeceras de comarca, la capital, un núcleo más aquí o allá. Le creí porque, en parte, quiero creer que es imposible que un día Zamora, con sus paisajes y su románico y sus zamoranos, se convierta en un escenario distópico y vacío de ruinas y carreteras bacheadas por las que cruzan jabalíes y ciervos. Un terruño de apertura de fin de semana con coto de caza, festivos patronales, 'semanasanta', macrogranjas y parques eólicos.
Cuarenta ciudades españolas tienen más población que toda la provincia zamorana. Seis de ellas en el entorno de Madrid y cuatro, en el alfoz de Barcelona. Es el modelo que hemos elegido. El de los agujeros negros. Réplica del que se vive a escala global, pero aumentado porque, cuanto más crece el imán-madrí (o la imán-ciudad que sea), más difícil es revertir el asunto.
Óscar Puente acusa al PP de geriatrizarlo todo, con su habitual estilo tuitero a veces pasado de vueltas, y Alfonso Fernández Mañueco y sus consejeros se rasgan el discurso y lo convierten en una afrenta a la ciudadanía de Castilla y León. Que el ministro ha insultado a los castellanos y leoneses porque les ha llamado viejos. Y eso deriva en interminables discusiones sin más objeto que rascar un minúsculo rédito político.
Mientras, un dedo apunta, urgente y firme, al mapa. Y muestra a esa comunidad autónoma que lidera la despoblación y el envejecimiento en Europa. Y pide un pacto global, institucional, «de Estado», que les gusta decir a nuestros políticos. Pero les coge siempre mirando al dedo.
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