Deshumanización
«Coincide el exabrupto en el tiempo con una paliza a un chaval que llevaba una camiseta que ofendió al tipo que le hundió el cráneo»
Lo de «comegambas» le debió quedar gracioso, así que el ex consejero de Industria de Castilla y León, ex consejero de los 2 millones y ... casi cuatrocientos mil ciudadanos, lleva desde que salió del cargo con ganas de repetir su peculiar 'hit'. Venga a poner comegambas aquí, comegambas allá. Pero como se ve que uno tiene menos troupe de seguidores reuiteadores cuando deja de ser alguien en el mundillo político, ha tenido que subir la apuesta. Mariano Veganzones, que pasó por Ciudadanos antes de enrolarse en Vox, para después medio salirse de la primera línea de Vox y después volver a aparecer en uno de esos actos de la internacional abascaliana en Madrid, ha decidido hablar ya en sus redes sociales, sin ambages, de «rojos repugnantes».
Coincide en el tiempo, que ya es mala suerte, con la noticia de que un tipo con ideología de extrema derecha apalizó el otro día en Valladolid a un chaval que, a lo que se ve, llevaba una camiseta con algún mensaje lo suficientemente ofensivo, ya ves tú, para justificar que le hundiera el cráneo, literalmente, a patadas.
Y llega el exabrupto, además, poco después de que un tarado armado, de esos que abundan en Estados Unidos, el paraíso de la Asociación del Rifle, se llevara por delante a una política demócrata y a su marido, y casi hiciera lo mismo con otro.
Porque una cosa es la dialéctica política, con su punto de exageración, y otra muy distinta la escalada verbal que observamos de un tiempo a esta parte. Una cosa es ser ultraliberal, conservador, socialdemócrata o lo que tercie y otra considerar que el que está enfrente es «un rojo repugnante». A eso se le llama deshumanizar al adversario político. Y siempre acaba mal.
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