Tragedia en el asalto a la valla de Melilla

Los 'sin papeles' habrían muerto cuando las fuerzas de seguridad marroquíes dispersaron a los cerca de 1.800 inmigrantes que se aproximaron a la doble valla para tratar de forzar la cancela del paso fronterizo del Barrio Chino melillense con Nador. Centenares de subsaharianos, durante la batalla campal y la represión de los agentes marroquíes, acabaron cayendo a una vaguada donde varios de ellos murieron por aplastamiento o asfixia. Muchos otros agonizaron durante horas sin recibir atención sanitaria.

Estos hechos empezaron a perseguir al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, cuando se puso en cuestión que todos los fallecidos lo fueron en suelo marroquí. Pero el titular de Interior, avalado por el presidente Sánchez, se sacudió cualquier responsabilidad, rechazó dimitir y, pese a diversos indicios que le desmienten, se enrocó en su versión de que no hubo muertos en territorio español; que la actuación de las fuerzas españolas nada tuvo que ver con el desenlace fatal (algo que finalmente confirmó la Fiscalía al archivar la investigación); que ningún agente marroquí entró en Melilla para ayudar en la expulsión en caliente de inmigrantes; y que las propias víctimas, «ejerciendo la violencia», fueron las causantes de su fallecimiento.