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Conviene revisar el coche ante la llegada del otoño P. F.
Claves para que nuestro coche no falle después del verano

Claves para que nuestro coche no falle después del verano

Para conseguir la eficiencia máxima del vehículo durante el nuevo curso es importante cuidar la limpieza y revisar la mecánica

A. Noguerol

Domingo, 25 de septiembre 2022, 23:29

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Durante las vacaciones, nuestro vehículo ha tenido que soportar esfuerzos que pueden comprometer nuestra seguridad si no lo cuidamos. Por esa razón es importante tener en cuenta unas cuantas claves especialmente con la vuelta a la rutina.

El buen funcionamiento de todos los elementos es vital para mantener unas condiciones óptimas de seguridad ante la disminución de las horas de luz, el descenso de las temperaturas y el aumento de las lluvias habituales con la llegada del otoño.

El principal elemento que hay que cuidar es el motor, ya que cualquier daño significativo puede suponer el fin del vehículo. Por ello, después de las vacaciones es necesario revisar la lubricación de los cilindros y pistones del motor; la cantidad correcta del aceite indicado para que evitar que el motor se oxide; que no haya escapes de ningún compuesto; y que la calibración sea la adecuada para la entrada de aire y combustible. De todas formas, en cuanto haya un problema en el motor los síntomas son más que evidentes y deben ser resueltos de inmediato para no poner en peligro la integridad de los pasajeros.

Entre los elementos más importantes para revisar después de las vacaciones también están los neumáticos. Una presión inferior a la recomendada se puede traducir en una menor adherencia a la carretera, frenadas más largas y hasta en un consumo de carburante excesivo. Por el contrario, si la presión es más alta de lo debido, disminuye el agarre y existe riesgo de reventón por sobrecalentamiento.

Igualmente, conviene revisar que los neumáticos no tengan golpes, cortes o grietas y verificar que la profundidad del dibujo está por encima de 1,6 mm, que es el mínimo exigido para circular, según la DGT. Revisa las cubiertas en busca de algún bulto, grieta, daño o deformación. Asegúrate asimismo del buen estado de las válvulas y que tienen su correspondiente tapón. Con el paso del tiempo los neumáticos pierden aire así que lo más probable es que te los encuentres bajos de presión si no la has ido revisando estas últimas semanas. Mídela en todas las ruedas -también la de repuesto- e ínflalas con un con un compresor portátil o acudiendo al taller o a la gasolinera más cercanos.

Comprueba la profundidad de las ranuras principales de la banda de rodadura. Puedes hacer esta comprobación con los testigos de goma en los canales longitudinales del mismo neumático que marcan el punto de desgaste mínimo legal (1,6 mm). Debido a la presión constante del peso del vehículo sobre el mismo punto de apoyo, la banda de rodadura del neumático puede sufrir deformaciones (aplanarse). Si esto ocurre, sentiremos un ligero temblor en el volante al circular, conocido como «flatspot» . Si al volante notas algún tambaleo o vaivén debido a que la deformación persiste transcurridos unos kilómetros, acude al taller lo antes posible.

Por ello, desde la red de talleres Confortauto Hankook Masters aconsejan una inspección preventiva, pues solo de este modo se puede localizar cualquier incidencia a tiempo, permitiéndonos solucionarla sin correr ningún tipo de riesgo.

Otro aspecto importante es revisar los niveles de líquidos. El exceso de kilómetros, unido a las altas temperaturas, habrán provocado un notable descenso de estos niveles. Por ejemplo, el líquido refrigerante, que se encarga de que el motor no se caliente en exceso, puede llegar a dañarse por las altas temperaturas que provoca la propia combustión en su interior. Incluso el líquido anticongelante, que vela para que el motor siempre tenga una óptima temperatura, puede verse afectado tras un largo viaje, al igual que los líquidos de dirección y freno.

Y para conseguir la eficiencia máxima del vehículo durante el nuevo curso es importante cuidar la limpieza, según recuerdan los expertos de Ballenoil. Limpiar el coche por fuera a presión, haciendo hincapié en los bajos, con abundante agua templada ayuda a despejar todas las superficies y evitar que cualquier partícula o material se meta en el motor. Es mejor aplicarla mejor manualmente con esponjas suaves, sin ejercer presión y utilizando los productos adecuados para que la pintura no se vea afectada.

Eso sí, la limpieza del vehículo no sólo debe centrarse en la parte exterior, sino también en el interior como asientos y alfombrillas.

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