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Un técnico de ambulancia se coloca el EPI con el que debe acudir ahora a urgencias de la covid. N.Brandón
Coronavirus en León:Técnicos de ambulancia: «Muchos pacientes tienen miedo a decirnos sus dolencias porque son las de la covid»

Técnicos de ambulancia en León: «Muchos pacientes tienen miedo a decirnos sus dolencias porque son las de la covid»

La provincia de León cuenta con 340 trabajadores en este sector repartidos en 120 unidades móviles | Su protocolo de actuación y las medidas de seguridad han aumentado al tiempo de reacción | «Cuando nos ven llegar con el buzo los vecinos parece que aíslan al enfermo»

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Jueves, 14 de mayo 2020, 08:48

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Lo que se ve de su trabajo, muchas veces, es solo el caparazón. Una ambulancia, sus luces y sirenas siembran el temor y más aún en estos días. Pero dentro de esos cascos amarillos o blancos viajan unos técnicos que ahora han tenido que cambiar hábitos y protocolos para adaptarse al coronavirus.

Los trabajadores de ambulancia también son la primera línea contra el coronavirus y, aunque su trabajo ha cambiado, siguen atendiendo emergencias y casos no urgentes.

Enrique es uno de ellos, que acude a la llamada de leonoticias junto a otros tres compañeros para explicar una situación, nueva también para ellos, y cuya principal habilidad consiste ahora en reforzar la seguridad y colocarse unos trajes de protección que les aíslen de un posible contagio.

Es por ello que su tiempo de reacción ha aumentado hasta los 10 o 12 minutos debido a unas medidas son importantes para ellos mismos y para los propios pacientes. Los EPIs constan de buzo integral, gafas integrales, guantes y mascarillas. Todo ello «conlleva un tiempo extra» y cuando terminan el servicio deben limpiar y desinfectar la ambulancia y retirar estos trajes.

340 trabajadores y 120 ambulancias

Los 340 técnicos de ambulancia que hay en la provincia afrontaron antes de la crisis una formación para responder a las nuevas condiciones higiénicas y sanitarias y, gracias a ello, lograron superar el estallido de la pandemia en marzo. «Los primeros días, desde el 14 de marzo, fue una cosa tremenda. Era hacer un servicio tras otro y la verdad, en esos días, nos cogió un poco al límite de EPIs y de desconocimiento; sí que lo pasamos mal», afirman.

La respuesta del personal y del Complejo Asistencial de León «fue muy buena», reconocen, porque rápido se habilitaron otras áreas para la atención de pacientes y facilitó la situación «porque tener un buen triaje hace que la cosa vaya a mejor cuando pilla un imprevisto».

A todos ellos les han hecho test y dos dieron positivo durante sus vacaciones, antes de reincorporarse.

Diferentes momentos en una jornada de trabajo de los técnicos de ambulancia. R.F.
Imagen principal - Diferentes momentos en una jornada de trabajo de los técnicos de ambulancia.
Imagen secundaria 1 - Diferentes momentos en una jornada de trabajo de los técnicos de ambulancia.
Imagen secundaria 2 - Diferentes momentos en una jornada de trabajo de los técnicos de ambulancia.

El resto han seguido ejerciendo su trabajo y afrontando los nuevos miedos derivados de la covid-19. Y es que muchos pacientes tienen miedo a decirles sus dolencias, que pueden ser compatibles con la infección, ya que «la sociedad es como es, y cuando nos ve llegar con la equipación y el buzo el paciente, cuando lo recogemos, es como que los vecinos lo aíslan un poco». Muchos no cuentan la realidad de la situación y cuando llegan y le hacen algunas preguntas se encuentran un posible caso.

Son los primeros en llegar al lugar de la emergencia, una vez que se ha filtrado la información en el 1-1-2 y deben acudir a estos sitios para tener la toma de contacto inicial con el paciente y su urgencia. «En este trabajo el miedo es libre y lo complicado muchas veces es llegar a los sitios como principales actores del tema, aunque escondidos en la sociedad, y ser la primera línea de fuego».

De las 120 ambulancias en la provincia, solo cinco son medicalizadas, por lo que en la mayor parte de las atenciones son los propios técnicos los que acuden a las llamadas de los ciudadanos.

Su trabajo, aunque ruidoso por fuera, es silencioso desde dentro, aunque en esta pandemia, más si cabe, han tenido que reciclarse para seguir siendo los héroes ocultos que recorren la ciudad.

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