Montserrat a los policías: «Estando yo, ¿para qué contratar a un sicario?»
El inspector de Burgos asegura que ni Montserrat ni Triana hicieron alusión al acoso sexual y se «ciñeron a hablar de problemas de ámbito laboral»
A. CUBILLAS-LEONOTICIAS
Lunes, 25 de enero 2016, 14:26
A las 15:00 horas del 13 de mayo los agentes de la Policía Nacional trasladaron a Montserrat de los calabozos de la Comisaría de León a una de las salas de la UDEV donde se encontraban los dos inspectores de Burgos que se sumaron a la investigación.
Lo hicieron por órdenes de la jefa de la investigación porque desde el servicio de los calabozos aseguraban que la mujer estaba muy alterada y nerviosa y que amenazaba con intento de suicidio.
«Nos pregunta si tenemos inconveniente de que se sentará en nuestro despacho donde estábamos analizando la documentación de la investigación», señaló el inspector de Burgos, que recuerda que sentaron a Montserrat en una silla.
Al llegar, estaba enfada pero no por la detención sino por le trato que le estaban dando, especialmente por la comida. «Estoy harta porque la comida no me gusta, me han dado una fabada de bote que me da asco». Por ello, le dieron un bocadillo y una Coca-Cola. «A partir de ahí se relajó y empezamos a hablar».
Según recuerda, en el transcurso de la conversación les comentaron que eran de Burgos porque ella insistía en ver si «conocíamos a su marido. Ni me sonaba ni le conocía». Montserrat estaba convencida de que venían de Madrid «y yo le dije incluso que era de León aunque estaba destinado en Burgos».
En este punto, Montserrat mostró su indignación porque su hija estaba detenida. Momento en el que decidió confesar el crimen. «No puede ser. Yo voy a reconocer que he matado a Isabel porque sé que si declaro Triana se va a ir a la calle y luego me pasaré por loca».
El inspector recuerda que Montserrat no mostraba ningún atisbo de arrepentimiento ya que tenía claro que «era su hija o esa señora. Nos dijo que antes de que acabase con su hija acabaría con Isabel Carrasco. No se mostraba arrepentida y aseguraba que habitualmente oía por los bares que había que contratar a un sicario para acabar con Isabel y ella pensó que para qué un sicario si eso lo hacía ella».
En cualquier caso, según remarcó el agente, ni Triana ni Montserrat nunca hablaron de un acoso sexual, «se ciñero a hablar de problemas de ámbito meramente laboral. Incluso delante de su letrado, nunca se habló de acoso sexual», puntualizó.