Los dos minutos de la polémica

Fue protagonista involuntario del crimen de Isabel Carrasco y ahora, año y medio después, también de la vista oral donde se juzga el asesinato. Pedro Mielgo, el agente jubilado que siguió de cerca los pasos Montserrat hasta lograr su detención, ha dado un giro inesperado al caso tras no reconocerse en una llamada al 112 que, todo indica, que realizó durante el seguimiento.

La duración de la llamada, algo más de dos minutos, coincide aproximadamente con el tiempo que Pedro tardó en recorrer el trayecto de la calle Colón, donde perdió de vista a Montserrat, a Gran Vía de San Marcos, lugar donde volvió a encontrarse cara a cara con la mujer. Además, los detalles que da a la operadora parecen fruto solo de un testigo directo del asesinato. Sin embargo, Pedro remarcó durante la vista oral hasta en dos ocasiones que no se reconocía en la grabación.

24 horas después, mantiene su postura: No me reconocía en la grabación, aseguró a este diario, aunque ha evitado pronunciarse más, prefiere esperar que todo esto se aclare. Sin embargo, Pedro Mielgo, tanto en sede policial como en sede judicial, declaró que llamó al 112 mientras seguía a Montserrat. Es más, en su declaración aseguró que, a pesar de que le resultó difícil, llamó al 112 aunque la llamada duró poco. Creo que se cortó.

Una versión que encaja con la llamada que el jueves se pudo escuchar en la sala de la Audiencia Provincial de León, la de un hombre nervioso, que inicialmente comunica a la operadora lo que ha visto pero que, posteriormente parece olvidarse, de que está al teléfono, estando más pendiente de alertar a los dos agentes locales que pasaban por Gran Vía de San Marcos, para instarles a que procediese a la detención de la asesina de Isabel Carrasco.

Una llamada en la que se palpan los nervios y la tensión de este hombre que, tras presenciar un crimen a escasos metros, decidió seguir a la asesina armada, a la que en cuestión de segundos perdió de vista. Una situación de estrés que ha podido llevar a este agente a no reconocerse durante la grabación de la llamada. Porque, según ha reconocido, si se comunicó con el 112 y un segundo testigo, Manuel Aller, que salió corriendo tras los pasos de Montserrat y Pedro, le recuerda como el varón del teléfono móvil.

Dudas que, aparentemente, no tendrían, por qué tener consecuencia alguna, pero sí judicialmente. El letrado de José Ramón García García ha visto en esta negativa una oportunidad perfecta para solicitar la anulación de la declaración del testigo que apunta directamente a un intercambio del bolso entre madre e hija después de remarcar que Montserrat nunca se desprendió del bolso en un garaje de Lucas de Tuy donde, según su versión, lo recogió segundos después su hija Triana.