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Triana, Montserrat y Raquel, las tres mujeres implicadas en el crimen.

El crimen de Isabel: La perfección de un puzzle que no encaja

Montserrat, su hija Triana y Raquel ofrecen por primera vez en público su versión sobre el crimen de Isabel Carrasco, un castillo de naipes que empieza a desmoronarse a medida que se suceden las declaraciones de los testigos

a. cubillas - leonoticias.

Sábado, 23 de enero 2016, 20:40

Como un puzzle que parece encajar a la perfección, Montserrat González, su hija Triana Martínez y Raquel Gago han ofrecido por primera vez en público su versión sobre el crimen de Isabel Carrasco. Sus versiones coinciden, incluso podrían hacer dudar a un jurado que juega un papel complicado en este caso.

Un castillo de naipes perfectamente construido que empieza a desmoronarse conforme los diferentes testigos citados a declarar se sientan en la Audiencia Provincial de León. Versiones contradictorias que abren multitud de interrogantes que, tras tres sesiones de este juicio, aún resultan difíciles de responder, al menos a primera vista.

Tras la elección de los miembros del jurado cinco hombres y cuatro mujeres-, la primera semana de este macrojuicio arrancó con las conclusiones provisionales de las partes, contradictoria entre sí, como era de esperar, y una de las declaraciones más esperadas: Montserrat González reconocía por primera vez públicamente que había matado a Isabel Carrasco.

Es más, no se arrepiente y no dudaría en volver a apretar el gatillo porque era Isabel o mi hija. Era el testimonio de una mujer fría, que parecía no tener escrúpulos, para la que la vida de una persona no parece tener sentido alguno si en ello se juega el bienestar y la felicidad de su hija. Una mujer que, según alegó su letrado, mató por su hija.

Pero el crimen era cosa suya. Al menos así lo remarcó. Suficiente tenía su hija como para complicarle más la vida. De esta forma, Montserrat exculpaba de todo a Triana, con la que reconoció que estuvo buscando armas pero a la que prometió que abandonaría su intención de matar a Isabel Carrasco, dos años antes de acabar con su vida.

También exculpó a la amiga de su hija. Montserrat fue clara: no necesité ni a mi hija ni a Raquel para matar a Isabel Carrasco. Es más, la asesina confesa aseguró que fue el día 12 de mayo no fue más que una casualidad ya que en otras ocasiones lo había intentado. Ese día llevaba el arma encima cuando vio a su víctima.

Sin contradicciones

Sin una contradicción aunque visiblemente más nerviosa, Triana narró su versión de los hechos. Precisamente también utilizó la palabra casualidad a la hora de hablar del bolso con el arma. La mujer aseguró que, al intentar detener a su madre para que no cometiera el crimen, la vio como tiraba en un garaje un bolso. Pensé que algo malo había pasado, que había matado a Isabel con el arma reglamentaria de mi padre.

Por eso, según su versión, recogió el bolso que, metros después, dejaría en el coche de Raquel. Lo hizo, continuó, porque le pesaba y su preocupación inicial era buscar a su madre aunque luego volvería a recoger. Porque su intención, según reiteró en varios ocasiones, no era meter a su amiga en este lío.

Pese a todo, madre e hija confesaron en sede policial que se habían intercambiado el bolso en el pasadizo que une la Plaza Colón con Gran Vía de San Marcos, eso sí, engañadas por los dos inspectores de Burgos que vinieron a León a apoyar la investigación.

Sin embargo, el agente jubilado, que siguió los pasos de Montserrat desde que asesinó a Isabel hasta su detención, echó abajo la versión de Montserrat y Triana negando que la mujer dejase el bolso en un garaje y apuntando a que perdió de vista a la mujer cuando entró a la Plaza de Colón. Allí todavía llevaba encima el bolso en el que había escondido el bolso.

Un testimonio clave para imputar a Triana como colaborador o cooperador necesario que, sin embargo, podría ser anulado después de que el letrado de madre e hija solicitase deducir testimonio al entender que había cometido falso testimonio al no reconocerse en una llamada que realizó el 112.

No obstante, aún falta la declaración de los controvertidos agentes de Burgos que declararán este lunes y cuya actuación, según declaró la inspectora encargada de la investigación, no estuvo salpicada de irregularidades.

El papel de Raquel

A pesar de que su aspecto físico fue protagonista en esta primera semana, el papel de Raquel ha sido secundario. La agente, conforme a la versión de su amiga Triana, aseguró en su alegato que ni participó en seguimientos de Isabel ni en un supuesto plan para terminar con su vida.

Una mujer segura que ejerció de forma magistral su defensa pero que desde el fatídico 12 de mayo no tengo vida. Será a partir de la próxima semana cuando los nuevos testigos arrojen un poco más de luz sobre la supuesta implicación de esta agente en el crimen de la presidenta de la Diputación de León.

Es el resumen de la primera semana del juicio de Isabel Carrasco donde también se airearon los trapos sucios de la Diputación de León, ente ahijado y ahijado que vestían el santo, y donde Triana relató el supuesto beso en la boca que desencadenó una persecución de Isabel Carrasco.

Pinceladas de un juicio que la próxima semana contará con 40 testigos, entre ellos, los agentes de Burgos y la vecina de Isabel que vio a dos mujeres merodear y vigilar habitualmente por la zona.

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