Triana Martínez y Raquel Gago declaran hoy en el juicio por la muerte de Isabel Carrasco
En la primera sesión Montserrat González, la madre de Triana, cargó con toda la culpa y exculpó a su hija y a la expolicía
El Norte
Miércoles, 20 de enero 2016, 06:25
Triana Martínez ha recogido este miércoles el testigo de su madre Montserrat González durante la segunda sesión de la vista oral del juicio en el que se juzga el crimen de Isabel Carrasco y lo ha hecho respondiendo a las preguntas del representante del Ministerio Fiscal.
Especialmente nerviosa, con la voz temblorosa, Triana ha recordado que el 12 de mayo del 2014 quedó con Raquel Gago para tomar café en su casa dónde estuvimos hablando de un problema que había tenido su padre tras sufrir un golpe con su vehículo y quedaron para verse por la tarde.
Posteriormente, según relató, se dirigió con su madre hasta el chaflán de San Marcos con Rua de la Vega para comprar un regalo porque "el lunes siguiente era el cumpleaños de mamá" y posterirmente ir a Carrizo. "Fui a Adams, a Diéguez, miraba unas zapatillas, un pañuelo, no sabía lo que
quería", relató Triana que recordó que no lo contó en su primer testificar "porque no me lo preguntaron".
Asegura que llevaba ropa de abrigo porque hacía un día bochornoso. "Aunque tenga los ojos negros siempre llevo gafas", relató Triana que aseguró que no vio que su madre llevase dos cazadores ni el revólver ni una navaja. "No lo sé porque sacó esa ropa. Yo muchas veces llevo dos cazadores finas. Es una manera de vestir".
En ese momento, Triana reconoció los dos bolsos en los que apareció el arma. "Me lo había prestado Raquel y lo llevaba porque me gustaba mucho". Posteriormente, mi madre le dijo que iba a caminar mientras ella echaba un vistado para comprar su regalo.
Triana reconoció que su madre ya le había dicho que quería matar a Isabel Carrasco e incluso le pidió mirar armas. "No me esperaba eso. Yo apunté modelos porque fue lo que me dijo. Pero a los pocos días yo hablé con ella y le dije que eso no podía hacerlo aunque fuera por mí que no buscará ese problema. Yo no quería matar a Isabel Carrasco".
Tras su declaración, llegará el turno de Raquel Gago, que durante la jornada de este martes captó todas las miradas por su notable deterioro físico y pérdida de peso. Su carácter reservado y la ausencia de un móvil claro despiertan aún hoy múltiples interrogantes y , precisamente, esos fueron algunos de los argumentos utilizados por su abogado durante las alegaciones previas.
A priori, y a diferencia de madre e hija, Raquel Gago responderá a pregunta de todas las partes aunque su testimonio no distará en gran medida. La agente de la Policía Local remarcará que su encuentro con Triana fue casual y que su implicación en el crimen de Isabel Carrasco «es ninguna».
Todo esto despu de la primera sesión del juicio de mayor trascendencia social que se ha celebrado en la capital leonesa en muchos años. Una vista que dejó para la posteridad el minucioso relato de los hechos efectuado por la acuación pública, que no dudó en señalar que lo que trazaron las tres mujeres era «era el plan perfecto, con una huída perfecta que se vio truncada por un agente externo que no preveía ninguna de las tres». Es la conclusión principal del Ministerio Fiscal y de las acusaciones particularesl.
Emilio Fernández, el representante de la Fiscalía, recalcó que las tres mujeres buscaron el lugar el momento adecuado para cometer un crimen que no se hubiera podido perpetrar sin la colaboración de todas y se ha preguntado quién iba a sospechar de la mujer y la hija del comisario de Astorga o de una policía local. Un caso plagado de casualidades difíciles de creer, a juicio del fiscal, que recordó que ni madre ni hija están locas y que Raquel Gago entregó el arma por miedo a que Triana o Montserrat la señalaran directamente.
Las defensas
Los argumentos de las defensas, claro, fueron por caminos harto diferentes a los de las acusaciones.
Para empezar Montserrat González asesinó a Isabel Carrasco agobiada por la persecución que ejerció la política sobre su hija; y lo hizo sola. Así de rotundo se mostró José Ramón García García, abogado de la madre y la hija, durante las alegaciones previas, en la que ha volvió a solicitar la libre absolución de Triana Martínez que se ha visto implicada, continuó, por un cúmulo de casualidades.
Porque, según remarcó, Montserrat nunca solicitó la colaboración de su hija para acabar con la vida de la dirigente política, nunca le pidió que recogiera el bolso, ella sola lo planeó y realizó los seguimientos. Todo ello originado a raíz de que la hija rechazara tener relaciones sexuales con la dirigente política. Una situación que gota a gota provocó en la madre un trastorno delirante que le llevó a entender que no había más remedio que asesinar a Carrasco por el propio bien de su hija.
Fermín Guerrero, letrado de Raquel Gago, acusó a los miembros de la investigación de querer cerrar cuanto antes el caso. En cualquier caso, ha remarcado que su clienta es inocente y que no tiene sentido que se base su acusación en una mera amistad con Triana. Es más, Guerrero ha recordado que la actitud Raquel durante las 30 horas posteriores a la detención de Triana no son propias de una asesina.