Pasado y futuro de Santa Elvira, la vieja azucarera de León

Una parte de la historia de León, de sus gentes y de su industria aún permanece pegada a las paredes de la vieja azucarera de Santa Elvira, que echó su raíz en la capital en el año 1933.

Dos años antes había comenzado su laboriosa construcción y en los años posteriores se acometieron diversas ampliaciones que la convertieron en un referente industrial en la provincia de León.

Santa Elvia tenía una capacidad de molturación de 700 toneladas de remolacha al día para la producción de azúcar, pero en sus mejores años (con más de 200 trabajadores en su nómina) se llegaron a producir hasta 3.000 toneladas en una única jornada.

El humo de su chimenea de esta azucarera anunciaba el inicio y el fin de las campañas en el campo leonés y aliviaba la entonces dura economía local porque Santa Elvia enriquecía las comarcas, creaba mucho empleo y contaba con servicios como economato o farmacia.

Tras su cierre en 1992 dejó el pasado escrito entre sus ruinas, que ahora esperan pacientes el desarrollo de un proyecto que contempla en esta zona la construcción de un auditorio, salas de reuniones y de exposiciones.

Hierro fundido

Pilares de hierro fundido, ladrillo romano para sustentar unas paredes que de cumplirse las previsiones recobrarán en los próximos años toda su vida.

En silencio paredes rotas, pintadas románticas o recuerdo de quienes estuvieron trabajando en su estructura. Y entre todo ello destaca la imagen creada por el graffitero Rosh, el mismo que ha dejado su sello en Londres o Nueva York.

Rosh dibujó en rostro de Afrodita con el corazón negro en su pecho, una imagen que podría servir como logotipo de esta vieja zona industrial que espera que la historia haga justicia y recupere para este espacio el esplendor perdido y permita de que nuevo leoneses y turistas descubran un espacio que hoy, en silencio, se limita a contemplar el paso del tiempo.