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Cirugía de urgencia para el castillo de Sarracín

Cirugía de urgencia para el castillo de Sarracín

Las obras que impulsa la Junta ponen fin a años de abandono de la fortaleza de Vega de Valcarce, cuya historia aún tiene muchas incógnitas

v. silván (ical)

Domingo, 29 de junio 2014, 18:48

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El castillo de Sarracín se eleva desafiante desde hace siglos sobre Vega de Valcarce y el abandono al que se ha visto sometido en las últimas décadas llevó a la asociación Hispania Nostra a incluirlo hace ya algún tiempo en su 'lista roja' de patrimonio en riesgo. Ahora desde la Junta se impulsa su recuperación con una cirugía de urgencia cuyo objetivo es detener el proceso de deterioro físico de los restos constructivos e iniciar una labor de estudio histórico y arqueológico.

A finales de mayo arrancaron las obras urgentes de consolidación y saneamiento de la fortaleza, que cuentan con una inversión de 51.580 euros y un plazo de ejecución de tres meses. El proyecto interviene en la torre norte y en la torre sureste o del homenaje, completando la fábrica en puntos necesarios para garantizar su estabilidad. También se está procediendo a rematar su perímetro superior de tal forma que se facilite la evacuación de aguas.

Por otro lado, todo el recinto del castillo está siendo desescombrado con control arqueológico para recuperar los niveles de circulación originales y también se dispondrá de un sistema de evacuación de aguas pluviales que mejore la conservación de las ruinas existentes. Así, es la empresa leonesa Talactor la que se encarga de realizar ese control arqueológico de todos los restos encontrados durante los trabajos de desescombro, que ya han sacado a la luz restos de cerámica, alguna hebilla, puntas y hasta lo que parece la hoja de un cuchillo.

Unos análisis arqueológicos que tratarán de aportar más datos sobre la historia de esta fortaleza, al pie del Camino de Santiago, a punto de entrar ya en tierras gallegas, al que protege desde lo alto del cerro, en la confluencia del arroyo del Val Oscuro con el río Valcarce. Aunque no hay muchos datos, tradicionalmente se ha vinculado el origen de este castillo con una fortificación previa del siglo X, relacionada con el conde Sarracino y que también, como el castillo de Ponferrada y el de Cornatel, perteneció a la Orden del Temple.

Y es que incluso el Inventario Arqueológico de Castilla y León (IACyL) no descarta que este edificio se haya levantado sobre un asentamiento de la Edad de Hierro, tanto por su emplazamiento topográfico como por el hallazgo de un hacha de talón con dos anillas en sus alrededores. Aún así, la ficha de catalogación elaborada por el arqueólogo Simón Pena -dentro de la prospección arqueológica dirigida por Yolanda Álvarez (Terra Arqueos) hace ya quince años-, no permite confirmar ese aspecto con seguridad. Un origen misterioso ante la falta de documentación y estudios específicos sobre esta gran fortaleza.

Lo que si parece estar claro es que el castillo de Sarracín que vemos hoy en día se levantó allá por el siglo XIV y pertenecía a la familia García Rodríguez de Valcarce. Un linaje de gran importancia, gran ejemplo de la nobleza 'magnaticia' en el Bierzo, que desde el siglo XIII desempeñó una notable influencia en el entorno de los pueblos de Friera, Ambasmestas, Valcarce, Aguilar y hasta Toral de los Vados, según recoge el estudio de Maria del Carmen Gómez Bajo, así como su vinculación al monasterio de Santa María de Carracedo y, en menor medida, con el de San Francisco de Villafranca.

La propiedad de la fortaleza pasó después a manos del Conde de Lemos, siendo entonces atacado por el movimiento 'Hermandino' en la segunda mitad del siglo XV. La fortaleza resistió la ofensiva, pero después, tras luchas sucesorias por la posesión del condado de Lemos, terminó incorporándose al marquesado de Villafranca, al que perteneció durante varios siglos hasta que sus herederos, los marqueses de Peñarramiro, lo donaron al estado en 1973. Finalmente el Estado lo cedió al Ayuntamiento de Vega de Valcarce, su propietario actual.

Muros y torres

Lo que queda de esa fortaleza de la Baja Edad Media muestra que fue un recinto de piedra con planta prácticamente rectangular -construida en mampostería de esquisto, incluso en esquinales y vanos- y que tiene una orientación de oeste a este. En la parte norte, se elevan dos torres, una en su extremo norte y otra en el centro, de carácter más defensivo, al estar ubicadas en la zona de más fácil acceso y sirviendo de control a las principales vías de comunicación.

En el sureste sobresalen los restos de lo que parece ser la torre del homenaje, que conserva parte de sus muros. Así, en el interior se distingue varias estructuras pertenecientes a diferentes estancias, así como un posible aljibe. Este primer recinto posee una única puerta de acceso, bastante estrecha -menos de dos metros de ancho-, orientada al este.

En el exterior se ubica una liza -antiguamente, campo o terreno para el combate de los caballeros -, con un antemuro que rodea al castillo en sus laterales norte, este y sureste y que esta abierta por una estrecha puerta ubicada en el muro norte, que a su vez está protegida por un muro parapeto abierto al oeste y flanqueando el camino de acceso a la fortaleza. La liza presenta una fábrica diferente y adosada al recinto interior, que parece apuntar a una anexo realizado con posterioridad.

Ya en el exterior de la fortaleza, se intuye con claridad un foso ubicado al oeste y que separa el puntal donde se emplaza el castillo del resto del cerro, aún así, la densa vegetación que rodea el castillo, un denso bosque en el que destacan los castaños y robles, impide documentar su existencia. Los muros del castillo de Sarracín todavía guardan mucha historia por descubrir.

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