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El secretario de Estado de EE UU, Mike Pompeo, a su llegada este lunes a la sede de la UE en Bruselas. AFP
La UE se mantiene firme en el diálogo con Irán pese a las presiones de Trump

La UE se mantiene firme en el diálogo con Irán pese a las presiones de Trump

Ni la visita sorpresa de Pompeo este lunes a Bruselas ni la retórica desafiante de Teherán doblegan la voluntad europea de «mantener vivo» el acuerdo nuclear

SALVADOR ARROYO

Corresponsal. Bruselas

Lunes, 13 de mayo 2019

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El secretario de Estado de EE UU, Mike Pompeo, se convertía este lunes en el invitado sorpresa de la reunión de ministros de Exteriores de la Unión Europea. El domingo había decidido cancelar su visita a Moscú para volar hacia Bruselas desde Maryland con la intención de discutir con los diplomáticos europeos la situación de Irán. Lo hacía justo cuando se cumplía un año de la retirada de Washington del pacto nuclear con la república islámica -firmado en 2015 también por Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania-, y en plena escalada de la tensión en Oriente Medio, después del anuncio de Donald Trump de que consumará un despliegue adicional de misiles en la zona.

Si Pompeo buscaba este lunes una imagen de pleno apoyo en la capital comunitaria, fracasó. Porque la UE está dispuesta a seguir su propio rumbo, ajena a las presiones de Washington, y sorteando incluso la retórica amenazante de Teherán.

LA CLAVE

  • El mensaje de la Unión. Mogherini califica el pactode «pilar fundamental dela seguridad» y reclama al régimen que cumpla

Hace una semana el presidente iraní, Hasán Rohaní, dio un ultimátum de 60 días al resto de los firmantes. O buscan soluciones para que Irán consiga contrarrestar el bloqueo estadounidense y poder seguir vendiendo petróleo (en abril los estadounidenses pusieron fin a las exenciones de las que disfrutaban ocho países para importarlo libremente) o se saltarán los límites a la producción de uranio y agua pesada. Un 'o te las ingenias o enterramos el acuerdo'.

La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, tras la reunión con Pompeo (de cuya visita inesperada sólo se había enterado la noche anterior) y con los ministros de Exteriores de Francia, Reino Unido y Alemania, insistió en que «seguimos apoyando plenamente el acuerdo con Irán y su implementanción» como «pilar fundamental de la seguridad» al tiempo que remarcó la exigencia a Irán de que siga cumpliendo sus compromisos con el acuerdo nuclear. «Nosotros cumpliremos con nuestra parte», apostilló.

Horas antes había reconocido «divergencias y diferencias serias» con Estados Unidos e Irán -Bruselas impuso meses atrás sanciones al régimen de Teherán (congelando recursos de su servicio de Inteligencia y de varios de sus ciudadanos) tras supuestos indicios de que el Gobierno iraní estaba detrás de dos asesinatos ocurridos en Holanda- pero ya dejaba claro que «creemos que el diálogo es la única y mejor manera de abordar las diferencias y evitar la escalada en la región, donde ya existe bastante tensión».

De momento la única herramienta efectiva que la UE ha activado para mantener vivo el acuerdo no ha evolucionado lo suficiente. A finales de enero y después de recordar que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) había confirmado en trece informes consecutivos que Irán cumplía «plenamente» con los compromisos del PIAC (Plan Integral de Acción Conjunta), como se conoce oficialmente al pacto nuclear de 2015, la UE avaló la creación de un canal de pagos que favoreciese el intercambio comercial con la república islámica saltándose las restricciones de Washington. Era un gesto de «buena fe» hacia Teherán y, al mismo tiempo, una demostración de que Europa dispone de la autonomía suficiente para defender sus intereses.

Primeras transacciones

Pero esta plataforma, conocida como Instex (Instrumento de Apoyo de los Intercambios comerciales, por sus siglas en inglés) se orienta en una primera fase a transacciones relacionadas con el comercio de alimentos, medicinas y ayuda humanitaria. Y no incluye operaciones relacionadas con el petróleo, el principal factor de fricción. La voluntad es que las primeras transacciones se hagan ya efectivas «en las próximas semanas».

Francia y Alemania asumieron hace meses el cometido conjunto de poner en marcha esta agencia, que tendrá su sede en París. E inmediatamente contó con la adhesión de Reino Unido. Otros países la consideraron ya en su momento «interesante» (es el caso de Bélgica) y este lunes el Gobierno español, a través de su máximo responsable de Exteriores, Josep Borrell, avanzó también la voluntad de incorporarse.

Antes de sentarse con sus homólogos europeos en el Consejo de la UE, el ministro en funciones aseguró que «España está considerando la posibilidad de formar parte (de esa sociedad financiera) para posibilitar que las empresas puedan seguir trabajando con Irán». Borrell incidió en que Bruselas «hará todo lo posible» para evitar que el amenazado acuerdo de no proliferación nuclear «se vaya al traste definitivamente».

La tensión en el Golfo crece con cuatro «actos de sabotaje»

Al menos cuatro navíos de distintas nacionalidades fueron objeto de misteriosos «actos de sabotaje cuando estaban a punto de entrar en el Golfo» Pérsico, según denunciaron Arabia Saudí y Emiratos, sin ofrecer más detalles. En Irán, las autoridades juzgaron «preocupantes» estos sucesos y pidieron una investigación, en un momento de creciente tensión en la zona.

«Estos incidentes en el mar de Omán son preocupantes y lamentables», dijo Abás Musavi, portavoz del ministerio de Exteriores en Teherán, que advirtió contra el «aventurerismo» de «actores extranjeros» para perturbar la navegación marítima.

Los barcos afectados son 'Al Marzoqah' y 'Amjad' (saudíes), el emiratí 'A. Michel' y el 'Andrea Victory', de la naviera noruega Thome, «alcanzado por un objeto indeterminado». Ni Dubai ni Riad designaron a ningún responsable de los ataques, como tampoco detallaron los «actos de sabotaje».

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