El Estado Islámico se apodera del último paso fronterizo entre Siria e Irak
El avance de los yihadistas, que dominan ya la mitad del territorio sirio, ha obligado a Estados Unidos a admitir la necesidad de reexaminar su estrategia en la zona
COLPISA / AFP
Viernes, 22 de mayo 2015, 15:48
Los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) han arrebatado al régimen de Siria el último puesto fronterizo con Irak, y han consolidado su control sobre una extensa zona transfronteriza con la conquista de Palmira, cuyos tesoros arqueológicos están amenazados.
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El Estado Islámico controla ya la mitad del territorio de Siria, un país presa de una guerra civil desde hace cuatro años, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). En ocho días, la organización terrorista ha conseguido conquistar Ramadi, capital de la provincia iraquí de Al Anbar, Palmira, en el desierto sirio, y el puesto fronterizo de Al Tanaf, en el sur, tras la retirada de las fuerzas del régimen. Así, el régimen de Bachar El-Asad ha perdido el control de los tres pasos fronterizos con Irak, ya que el de Bukamal está también en manos del EI, y el de Al Yaarubia, más al norte, está controlado por las fuerzas kurdas.
A pesar de la campaña aérea iniciada en 2014 por la coalición internacional dirigida por Estados Unidos en Irak y en Siria, el grupo extremista sunita ha seguido avanzando y extendiendo el califato que declaró en junio de 2014 en las zonas bajo su control en ambos países.
Los bastiones del régimen, amenazados
"El hecho de que el Estado Islámico controle la mitad del territorio sirio (más de 95.000 kilómetros cuadrados), significa que el régimen sirio no domina más que el 22% de este territorio", quedando el resto en manos de otros grupos rebeldes, señala el director del OSDH, Rami Abdel Rahman. Según él, esto le permitirá al Estado Islámico "amenazar la Siria profunda, como Homs y Damasco", dos bastiones del régimen.
Palmira, punto de convergencia de varias carreteras y situada en la provincia de Homs, fronteriza con Irak, "puede utilizarse para lanzar ataques en dirección de Homs y Damasco", considera por su parte Matthew Henman, director del IHS Jane's Terrorism and Insurgency Centre. Además, Palmira "constituye una nueva vía hacia Irak, Al Anbar y Ramadi", según el geógrafo especialista en Siria Fabrice Balanche.
Después de que el Estado Islámico destruyera varios tesoros arqueológicos en Irak, la comunidad internacional teme que suceda lo mismo con Palmira, una ciudad de más de 2.000 años, famosa por sus columnas romanas, sus templos y sus torres funerarias. La Unesco ha pedido a la ONU que proteja el enclave, advirtiendo de que "cualquier destrucción" de Palmira, clasificada como patrimonio mundial de la humanidad por esa organización, "sería (...) una enorme pérdida para la humanidad".
Un vídeo publicado en Youtube por un canal próximo al Estado Islámico muestra la entrada de Tadmor (el nombre de Palmira en árabe) con un largo camino desierto, posiciones del Ejército abandonadas y una bandera del Estado Islámico izada sobre uno de los edificios.
Control sobre los campos de petróleo y gas
Desde su inicio el 13 de mayo, la batalla de Palmira ha dejado casi 500 muertos y ha obligado a una parte de los habitantes a huir, mientras que decenas de civiles han sido decapitados o fusilados por el Estado Islámico, según el OSDH.
Además de esta región, el Estado Islámico controla la mayor parte de las provincias de Deir Ezor y Raqa (norte), y tiene una fuerte presencia en las provincias de Hasake (noreste), Alepo (norte), Homs y Hama (centro). También controla prácticamente todos los campos petroleros y de gas de Siria, que le aseguran importantes ingresos.
Al otro lado de la frontera, el Estado Islámico tomó posiciones gubernamentales al este de Ramadi, mientras que la contraofensiva de las fuerzas de seguridad, ayudadas por milicias chiitas, tardaba en llegar. La pérdida de Ramadi ha supuesto un duro revés para el Gobierno iraquí y su aliado estadounidense, que ha reconocido que tiene que reexaminar su estrategia en Irak.