Los conspiradores de QAnon se alejan de la Casa Blanca
El 'caso Epstein' abre una brecha en este grupo que venera a Trump y denuncia la existencia de una red mundial de explotación sexual infantil liderada por las élites
Una élite global de caníbales adoradores de Satanás integrada por líderes políticos, grandes fortunas y medios de comunicación opera una red internacional de explotación sexual ... infantil. Esta es la principal idea que defienden los miles de seguidores del grupo conspiranoico QAnon. Sus teorías, que también incluyen supuestas tramas sobre ovnis, el asesinato de Lady Di o la creación deliberada del huracán 'Katrina', se han difundido por los rincones más oscuros de internet y han impulsado la figura del presidente Donald Trump y el movimiento MAGA (Make America Great Again). Para los adeptos, el actual inquilino de la Casa Blanca es el gran salvador destinado a desmantelar esa red de pedófilos que, según ellos, controlan el Partido Demócrata, Hollywood y hasta Wall Street.
Los archivos sobre el 'caso Epstein', el empresario pederasta que en 2019 fue hallado muerto en la prisión de Nueva York donde esperaba juicio, evidencian una red de figuras poderosas y altos directivos que abusaban sexualmente de menores, lo que debería haber supuesto la prueba definitiva para QAnon de esa trama que denuncia desde hace años. La reacción de los seguidores de este movimiento, sin embargo, ha resultado sorprendentemente tibia.
Los papeles, que el Departamento estadounidense de Justicia debe publicar antes de Navidad, podrían salpicar al gurú de este grupo. Trump ya ha sido relacionado con Jeffrey Epstein a través de varios mensajes enviados por el fallecido millonario, con quien fue fotografiado en el año 2000 junto a Melania y la entonces socia y pareja del financiero pederasta, Ghislaine Maxwell. Unos documentos que dejan en una posición incómoda al presidente de EE UU y también a QAnon, que confiaba en él como la persona que iba a destapar la red pedófila y acabar con ella.
Voces disidentes
Vincent Fusca –fiel promotor de Trump y a quien los miembros de QAnon consideran la reencarnación de John F. Kennedy Jr.– es de los pocos seguidores que ha celebrado las últimas revelaciones de Epstein. También la republicana Marjorie Taylor Greene, principal impulsora del discurso MAGA y defensora acérrima del inquilino de la Casa Blanca, se encuentra en las filas de este controvertido movimiento y, pese a su lealtad al magnate, ha reivindicado la desclasificación de los archivos. Un gesto que molestó profundamente a su 'jefe' y derivó en una oleada de ataques mutuos -el mandatario la tachó de «loca»- que culminó con la dimisión de la congresista.
Incluso Jack Angeli, conocido miembro de QAnon y la cara más reconocible del asedio al Capitolio en enero de 2021 con su gorro de piel y unos cuernos, ha demandado recientemente al presidente, el mismo que alentó el asalto al considerar que se había producido un fraude electoral -que dio la victoria al demócrata Joe Biden- y que, de regreso al poder, indultó a decenas de los implicados.
La rebelión interna, sin embargo, no es la actitud más común en QAnon. La mayoría de sus adeptos sostiene que el presidente solamente se relacionó con Epstein para que, en el momento en que salieran a la luz sus delitos, la repercusión mediática fuera aún mayor. Una teoria que se ha convertido en el discurso oficial adoptado por los líderes del movimiento ante lo que se puede conocer en las próximas semanas, pero que no ha terminado de convencer a sus fieles. De hecho, el argumento ha perdido consistencia a medida que se revelaban más correos electrónicos que vinculan a Trump con el empresario.
A pesar de haberle restado importancia a estas revelaciones, QAnon parece haber tomado un ligero cambio de rumbo que pone cierta distancia entre el grupo y el Partido Republicano. Hasta hace unos meses la sintonía era total. El pasado abril, por ejemplo, Trump junto a su número dos, JD Vance, y el asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, despidió a seis oficiales después de la reunión que mantuvieron con Laura Loomer, simpatizante de QAnon e influencer ultra, quien denunció presuntas deslealtades de esos funcionarios hacia el mandatario.
Conspiraciones institucionalizadas
La relación de QAnon con el actual inquilino de la Casa Blanca viene de lejos. La propia Loomer estuvo vinculada al bulo difundido por el entonces candidato presidencial sobre los haitianos, a quienes acusó de comerse perros y gatos en un pueblo de Ohio. El movimiento también tuvo un papel clave en el asalto al Capitolo -como atestigua la figura del 'traidor' Angeli- con la letra 'Q', símbolo de sus seguidores, muy presente en pancartas y vestimentas de los manifestantes.
Hay estudios que advierten sobre la institucionalización de las conspiraciones. Según varias publicaciones de la revista científica 'Heliyon', los postulados de QAnon se han infiltrado en los mensajes de Trump y de su Administración. El actual director del FBI, Kash Patel, ha llegado a utilizar lemas asociados al movimiento y ha reconocido compartir «muchas de sus ideas».
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