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Christophe Rocancourt, junto Naomi Campbell, en su presentación en el Festival de Cannes en el 2008.
El maestro del 'pequeño Nicolás'

El maestro del 'pequeño Nicolás'

Christophe Rocancourt, timador de las estrellas de Hollywood, se ha cargado al jefe de la Policía de París con su último engaño en Francia

Antonio Corbillón

Sábado, 21 de febrero 2015, 11:40

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Desde hace una semana se pasea por su Rouen natal (Normandía) el timador más grande de Francia. En libertad condicional, Christophe Rocancourt se deja ver por las calles, da la mano a los comerciantes y palmaditas a sus viejos amigos. Uno le preguntó si ensayaba para hacerse político. «¿Yo, alcalde de Rouen? respondió. Sinceramente, creo que puedo aspirar a más». A su lado, el pequeño Nicolás es un aprendiz, aunque comparten artimañas como la de largarse de los restaurantes sin pagar o simular una espectacular cartera de contactos para repartir estafas entre notables de la vida pública. En el caso de Christophe, a un lado y otro del Atlántico.

El mote de el amigo de las estrellas acabó derivando en el canalla de las estrellas por la cantidad de víctimas famosas que han caído en sus tretas. Rostro popular de los tribunales y de los líos de la farándula gala de los últimos 20 años, su última muesca la ha marcado desde una celda de aislamiento en la cárcel de Fleury-Merogis, en la periferia de París. Allí, en las cuatro horas de patio diario, logró convencer a un agente de Policía implicado en el robo de 50 kilos de cocaína de una comisaría para que le ayudara a recuperar un fajo de billetes por valor de 50.000 euros.

Rocancourt estaba en la cárcel por engatusar a políticos y policías para conseguir papeles falsos a dos chicas marroquíes. Un modesto negocio con el que apenas logró 2.500 euros de ganancia, pero que ya le ha costado la carrera a Bernard Petit, el jefe más respetado de la Gendarmerie de París, y ha precipitado la caída de destacados líderes del sindicalismo policial, cuyos nombres han salido a la luz en una serie de escuchas grabadas.

La historia de este delincuente de 47 años tiene mucho de cinematográfica. Un filón que él también ha sabido explotar. Hijo de prostituta y padre alcohólico que le abandonaron, carne de reformatorio y familias de acogida desde los 9 años, Christophe decidió desde muy joven vengarse de su mala suerte en la cuna. Con 18 años, un playboy llamado Gigi le introduce en la jet set. En la elegante noche parisina, tarda poco en certificar su dudoso doctorado de arribista sin escrúpulos.

Su primera estafa, la venta de una casa que no era suya por más de un millón de euros, pone a la Policía tras su pista. En 1991 decide cruzar el Atlántico y prueba en Los Ángeles. Allí maneja más de una docena de identidades. A veces es campeón de boxeo, otras productor de cine o noble europeo o inversor de riesgo. A unos les dice que Sophia Loren es su madre (o su tía), a otros que es familia de Oscar de la Renta o de los Rockefeller. Vestido de Armani y aire de Richard Gere, el gigoló francés conquista Hollywood. Durante un tiempo vive con el actor Mickey Rourke, con el que comparte juergas pagadas por el de Nueve semanas y media. A Jean Claude van Damme le saca unos buenos miles de dólares con la mentira de que le va a producir sus películas.

Mil vidas contadas

Aficionado a las modelos, se casa con Pia Reyes, una chica Playboy (tienen un hijo), y mantiene una relación paralela con una amiga suya. Más tarde, otra boda con una exmiss Francia. De nuevo la Policía detrás y huida a Canadá, donde le cazan. Los investigadores calcularon que ya había timado a 20 celebridades (entre ellas, Meryl Streep o la familia de Michael Jackson) por unos 40 millones de dólares. Ni siquiera en sus ratos en prisión, donde cumplió cinco años, perdió el tiempo y fue escribiendo autobiografías varias. Ya lleva cinco. Con la última atrajo la atención de la directora francesa Catherine Breillat, que le vio en una de sus entrevistas en televisión. Deprimida y postrada por un ictus cerebral, pensó que allí había un insuperable guion y que aquel hombre podía actuar como bálsamo para su vida y su cine. «Mi accidente cardiovascular fue mi primera muerte y conocer a Rocancourt, la segunda», se lamentó después.

Él le sacó tres cuartos de millón de euros, todos sus ahorros, y logró que le paseara por el Festival de Cannes junto a Naomi Campbell en 2008, con la que iba a protagonizar la historia de su vida. Nada cuajó y Catherine se vengó en 2012 con Abuso de autoridad, una cinta protagonizada por Isabelle Hupper y el rapero Kool Shen. Ahora, Christophe pleitea contra ella por daños morales después de que le cayeran 16 meses de cárcel por sus sablazos. Su abogado aseguró hace unos días que si su cliente tuviera estudios «estaría en mi lugar y convencería mejor que yo a cualquier jurado». Lo que no le ha impedido titular su última biografía Me declaro culpable.

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