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Miércoles, 19 de noviembre 2014, 18:02
Cuatro emitía ayer una nueva entrega del reality de 'Adán y Eva' que volvía a desafíar a los estereotipos. En el papel de Adán nos encontramos con Iván, un valenciano muy atractivo, con poca personalidad y que busca "una chica que le pueda mantener". Su hipotética media naranja era Sara, una madrileña de familia acomodada que nunca le ha faltado nada excepto el amor.
Las primeras palabras de Iván sobre su chica no podían ser peores "Es muy fea, os lo podíais haber currado un poquito más, por ejemplo buscando a una tía un poco más 'potente'". Por su parte, Sara pensaba: "Lo veo un chico guapo pero nada más, me podríais haber buscado a alguien con un poco más de cabeza".
La poca atracción que existía entre ambos, provocó que Iván dijera que quería marcharse a su casa. Pero justo en ese momento apareció Daniela que era definida por el valenciano como "Buenorra no, lo siguiente".
A medida que pasaba el tiempo, las cosas se empezaron a poner 'calentitas' y más cuando Iván le propuso jugar a la botella. En ese momento, las chicas se besaron e Iván hizo la croqueta en la playa embadurrado de aceite, una situación que creó buen ambiente en la isla.
La prueba de la semana fue ganada por Sara lo que le dio la posibilidad de elegir entre tener una cita con Iván o conocer un pecado de éste. La madrileña rechazó la cita y se lo puso en bandeja a Daniela, quien poco a poco mostraba menos interés por el valenciano.
Al final, Iván se quedaba con Daniela. Pero ésta, lejos de comenzar una relación con Iván, le rechazó argumentando que "es un inmaduro y no tiene las cosas claras".
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