

Valladolid
El macroclan desarticulado, vinculado a El Rubio, movía cocaína por valor de 12,7 millonesSus cabecillas, de los Mena y los Varela, lograron huir de la redada en la que se intervinieron 71 kilos de droga, un arsenal y miles de euros en La Overuela y Trigueros
La red de narcotráfico desarticulada, aunque con algunos flecos -cuatro de sus cabecillas aún están huidos-, a lo largo del último mes en Valladolid nació ... de la fusión de miembros de dos de los clanes más poderosos de la ciudad, como son los Menas y los Varela, de la mano de allegados directos del, sin duda, mayor traficante de Castilla y León, como es Amancio García Carro, El Rubio -sin relación ahora con estos hechos-. Sus cuñados y sobrinos, de hecho, figuran a juicio de los investigadores en la cúspide de este macroclan al que los agentes acaban de asestar un importante golpe con la incautación de 71 kilos de cocaína, un arsenal de armas y miles de euros en efectivos y, sobre todo, con la desarticulación de su entramado de negocios en la capital y su alfoz (restaurantes y tiendas de compraventa de vehículos) destinados a blanquear los pingües beneficios que el grupo obtenía de la venta de estupefacientes.
La denominada 'operación Churruca' se gestó entre mayo y julio del año pasado, cuando una primera intervención en una finca de Trigueros del Valle permitió desmantelar un laboratorio para adulterar la cocaína -léase multiplicar su volumen con distintas sustancias-. Allí se detuvo a dos de los sospechosos, un tercero -implicado ahora en la segunda fase desplegada un año después- logró huir y se intervinieron los primeros 12 kilos de cocaína de gran pureza (el 81%) al grupo.
Meses de investigaciones después llevaron a los agentes a identificar y controlar al grueso de este grupo liderado por dos familiares directos de El Rubio -un narco salmantino muy vinculado a Valladolid-, y pertenecientes a los citados clanes mercheros locales (Mena y Varela). Así descubrieron que sus integrantes realizaban con frecuencia viajes a Galicia para comprar la cocaína en convoyes conformados habitualmente por tres o cuatro vehículos, en los que uno servía de lanzadera por delante, otro (uno o dos) transportaba el alijo en 'caletas' habilitadas en el maletero y el último cerraba la comitiva por detrás en labores de vigilancia.
Los sospechosos circularon a 180 kilómetros por hora en su huida por la travesía de Fuensaldaña y lograron sacar otros 50 kilos
Y así lo hicieron los 'narcos' en la madrugada del pasado 1 de mayo. Los agentes, que ya venían realizando vigilancias sobre ellos desde hacía meses, detectaron la salida de cuatro vehículos, en dos de los cuales -el de delante y el de detrás- viajaban los cabecillas del grupo -un padre y sus dos hijos-.
El convoy, que salió de Valladolid a las 4:00 horas, llegó con normalidad a su destino en Galicia y allí, tal y como comprobarían después los agentes, cargaron las 'caletas' de los dos de los turismos (un Kia y un Peugeot) con, al menos, cincuenta kilos de cocaína en cada una -solo pudieron intervenir algo más de la mitad-. Y a la vuelta, a la altura de Puebla de Sanabria, en la autovía de las Rías Baixas (A-52) -procedente de Pontevedra y Ourense-, fue detectado de madrugada el convoy conformado por los cuatro turismos.



Comenzó un discreto seguimiento que les condujo a la A-6 y luego a la A-62 y fue en está última autovía, ya en la capital, a la altura de la salida al estadio José Zorrilla y Parquesol, donde los agentes dieron el alto a los vehículos a primera hora de la mañana. Allí solo consiguieron parar a uno de los coches 'caleteados' (el Peugeot) y detuvieron a sus ocupantes. En su maletero, en un boquete abierto en la chapa, intervinieron 55 kilos de cocaína (también de una pureza superior al 80%). Tanto los ocupantes de la lanzadera como del vehículo que cerraba el convoy, donde viajaban los cabecillas, aún fugados -los cuatro están en busca y captura-, lograron huir.
El segundo turismo caleteado (el Kia) también logró huir «a toda velocidad» rumbo a Fuensaldaña, por cuya travesía llegó a pasar a 180 kilómetros por hora, y logró llegar a una finca del clan en Trigueros del Valle después de tiroteos, golpes contra las patrullas y otras incidencias en las que no hubo que lamentar heridos. Y allí, en Trigueros, fue localizado e intervenido finalmente el turismo. Sus ocupantes habían logrado sacar el grueso de la droga -los investigadores creen que podían llevar otros cincuenta kilos-, aunque se dejaron dos kilos en la 'caleta', que fueron intervenidos. Así que se incautaron en esta madrugada 57 kilos de droga.

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Los tres cabecillas, un padre y sus dos hijos, allegados de El Rubio, lograron huir con la ayuda de un primo, también vinculado a los citados clanes mercheros e implicado en la operación del año pasado en Trigueros -permanecía huido desde entonces-. Los cuatro están ahora en busca y captura. Los agentes detuvieron entonces a cinco sospechosos.
Otro de los presuntos cabecillas, también vinculado a El Rubio, que se encontraba en prisión por su detención durante la redada de julio de 2024, también ha sido vinculado al grupo por los investigadores.
Los agentes, además, habían intervenido el 9 de abril en un control rutinario otros dos kilos de droga que transportaban dos sospechosos (también arrestados) en un coche por la capital y que vinculan también al macroclan que, según han destacado este sábado el delegado del Gobierno, Nicanor Sen, y el jefe superior de la Policía Nacional, Juan Carlos Hernández, «lideraban el narcotráfico en Valladolid y en Castilla y León».
La 'operación Churruca' se salda con 19 detenidos, seis encarcelados y cuatro cabecillas huidos
Los jefes policiales han explicado que sí centraron la persecución en los dos coches 'caleteados' fue para garantizar la incautación de la droga y, sobre todo, evitar «riesgos innecesarios» para los conductores que transitaban por la autovía dada la peligrosidad de los miembros del clan merchero. Sus cabecillas, y la mayoría de implicados, cuentan en este sentido con amplios historiales delictivos, entre los que figuran sonadas incautaciones de drogas en los últimos años tanto en Valladolid como Salamanca y Segovia.
En los posteriores registros de las viviendas del clan, en dos fincas de Trigueros y el barrio de La Overuela, donde residen los cabecillas -allí les conocen como los 'mercheros'-, entre otras -el grupo contaba con otros refugios en Santovenia y Cigales-, fue intervenido un arsenal de armas, munición, sobre todo, compuesto con un escopeta del calibre 12, una pistola con el número de serie borrado, numerosos cargadores de arma cortas y 123 cajas de munición de diferentes calibres -lo que apunta al volumen de armas con las que contaba el grupo- con un total de 5.820 cartuchos intevenidos.
Los agentes, en total, intervinieron al grupo 71 kilos de cocaína, toda ella de gran pureza -superior al ochenta por ciento-, lo que a juicio de los investigadores les permitiría triplicar su volumen adulterándonla con sustancias de corte o, lo que es lo mismo, triplicar sus beneficios hasta obtener nada menos que 12,7 millones de euros en su posterior venta al menudeo por gramos -a razón de 60 euros el gramo-. Habrían sacado al mercado la friolera de 213.000 gramos de cocaína.
El grupo, a juicio de los agentes, distribuía su droga tanto en Valladolid como, sobre todo, en Asturias.
Una segunda fase
Las investigaciones sobre el clan continuaron en los días siguientes en busca de la red de blanqueo de capitales que utilizaban para poner en limpio el dinero obtenido de la droga. Así se desplegó una tercera fase de la 'operación Churruca' -las dos primeras se desarrollaron en julio del año pasado y el 1 de mayo de 2025- que les condujo el jueves pasado (22 de mayo) a registrar dos restaurantes, uno en el centro de Valladolid (aún abierto) y otro en el centro comercial RÍO Shopping (ahora cerrado). Se registraron, además, un negocio de compraventa de coches y dos domicilios y se detuvo a nueve sospechosos -incluido el cabecilla que ya estaba en la cárcel- más acusados de un delito de blanqueo de capitales.
Los agentes, además, intervinieron más de una veintena de coches de alta gama y miles de euros en efectivo para cerrar la denominada 'operación Churruca', que se salda por ahora con 19 detenidos, seis de ellos ingresados en prisión, y cuatro huidos aún de la justicia, precisamente cuatro de sus supuestos cabecillas.
Cae así un macroclan, que une a varios grupos históricos de la ciudad, que dominaba en opinión de los investigadores la venta de drogas en Valladolid en el que consideran el mayor golpe asestado al narcotráfico en la ciudad. Y la operación, en la que el Cuerpo Nacional de Policía ha contado con la colaboración de la Agencia Tributaria, continúa abierta.

La marca de la araña y un sello de calidad
Los paquetes de cocaína intervenidos durante la 'operación Churruca' presentaba un llamativo signo distintivo de su origen (la droga procedía de Sudámerica y fue adquirida en Colombia): una araña negra al estilo 'spiderman'. Se trata, apuntan fuentes de la investigación, de una marca que permite a los traficantes conocer su origen y, sobre todo, su pureza y calidad, en este caso la cocaína intervenida tenía una pureza del 81% que les permitiría cortarla posteriormente y triplicar su volumen. Los paquetes, además, lucían carteles con la leyenda 'Z5'. Eso, apuntan, las mismas fuentes, muestra el lote del producto y viene a ser también un sello de calidad.
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