El reciclaje permite que se recupere casi el 20% de consumibles como el tóner

Todos a una, como Fuenteovejuna. Efectivamente, esta es la solución para acotar el problema del reciclaje de consumibles de oficina como son los tóner y los cartuchos de tinta. La responsabilidad compartida de todos los agentes que participan de este proceso es vital para cumplir con un doble objetivo, por un lado el medioambiental y por otro el tráfico ilegal. Dos cuestiones que se abordaron ayer en la mesa organizada por El Norte de Castilla y que contó con el patrocinio de la plataforma Recyclia, Ecofimática y Tragatóner/Tragatinta.

Bajo el título 'La contribución del sector de las tecnologías de impresión a la economía circular. Tragatoner y Tragatinta, un caso de éxito', los invitados abordaron la novedad de un sistema de reciente creación pensado para el tratamiento y la reutilización de productos tan empleados como los cartuchos de tinta. «En España solo hay tres plantas autorizadas y ninguna en Castilla y León porque es todo muy nuevo. La planta más antigua tiene dos años», explicó Javier Gutiérrez, director general de QDC. Por su parte Iván Rad, director Comercial de Ink Rec, habló de la complejidad técnica para evitar la mezcla de componentes –para lo que destinan una línea específica– y de la valorización del producto. «Auguro que la reutilización está por explotar y tiene un alto potencial», dijo.

En esta línea el consejero delegado de Recyclia, José Pérez García, se refirió a la puesta en marcha de Tragatoner/Tragatinta. Un sistema colectivo, creado y financiado por los principales fabricantes de sistemas de impresión en España, para organizar la recogida del consumible usado. Está formado por una red de puntos de recogida que tienen contenedores de cartón dónde acopiar el consumible usado, para que pueda ser retirado por un gestor autorizado y llevado a las plantas de clasificación y tratamiento. «Además, este sistema tiene la eficacia de evitar ciertas conductas ilegales, que suponen el relleno de cartuchos hasta con ceniza de chimenea, a base de reutilización».

En cuanto a la responsabilidad compartida Marisol Martínez, mánager de Operaciones & Atención al Cliente de Kyocera, pidió a la Administración que «la normativa cambie pero conforme a las necesidades de todos».

Todos coincidieron también en demandar un compromiso de los proveedores para evitar prácticas ilícitas. «El distribuidor más concienciado es el que está junto al fabricante que puede recuperar un 20% del consumible cuando acabe su vida útil», manifestó Javier Gutiérrez.

Por su parte el consejero delegado de Somacyl, José Manuel Jiménez, reconoció que «tenemos un largo camino por recorrer» y apuntó que «haremos un esfuerzo para extender en Castilla y León todos estos sistemas de recogida específica que además nos gustaría que se tratasen también aquí», dejando una puerta abierta al estudio de la implantación de una planta o de líneas de tratamiento. Y sobre el componente ciudadano Javier Lara, director de Explotación de Socamex, apuntó que «los niños son los machacones en casa y se consigue una mayor separación en origen».

En cuanto al trabajo en los puntos limpios, Lara explicó que Valladolid cumple con la normativa con el funcionamiento de siete contenedores que aseguran la correcta separación en origen, y como dato destacó que en 2019 se recogieron 1.830 kilos frente a los 3.365 kilos de lo que va de año.

El papel de las administraciones locales también se puso sobre la mesa durante la conversación. El director de Explotación de Socamex, concesionaria de la explotación de los puntos limpios en la capital vallisoletana, aseguró que «en Valladolid las cosas se están haciendo bien», pero incidió en la necesidad de invertir y agilizar los tiempos en las tramitaciones, porque «cuando se legisla hay que invertir para facilitar que el inicio se produzca de forma lógica». Se mostró de acuerdo con el resto de participantes sobre lo primordial de la conciencia ciudadana y abogó por «dimensionar la magnitud de las nuevas normativas que se implementan y cómo se va a conseguir», y destacó el compromiso de las nuevas generaciones con el reciclaje.

Ingenieros, químicos y expertos en tecnología, todos, forman un equipo multidisciplinar que logra soluciones eficientes en el reciclado de productos tan complejos como los tóner. «A nivel tecnológico no tenemos nada que envidiar», afirmó sin dudarlo el director Comercial de Ink Rec. Pero en este recorrido de la economía circular las estrategias de colaboración y las alianzas son fundamentales para alcanzar objetivos comunes, por lo que propuso acuerdos de confidencialidad con los fabricantes «para que nos hagan partícipes de sus propuestas de ecodiseño». De esta forma, señaló, «podríamos adaptar las máquinas» y en consecuencia establecer procesos diferentes de tratamiento en función de los productos que haya que tratar.

La conciencia ciudadana en temas medioambientales se ha materializado en últimos años en multitud de movilizaciones protagonizadas especialmente por gente joven. Unas protestas en favor de un mayor compromiso con el medio ambiente que se valoran pero que a juicio del consejero delegado de Recyclia deben ir acompañadas acciones a título individual, «hay que protestar, pero también comprometerse a nivel personal. No puede ser que se salga a la calle y luego no se acerquen al punto limpio», explicó. Por eso destacó la labor de las pequeñas empresas que contribuyen con la disposición de cajas en sus establecimientos para recoger pilas y baterías, «hemos recorrido más de lo que esperábamos, pero todavía queda un largo camino», indicó.

El compromiso con el medio ambiente y la sostenibilidad forma parte de la filosofía de empresa que desarrolla Kyocera desde sus orígenes. La adaptación y aplicación de las normativas que se han ido implementando supuso «un paso natural, porque siempre hemos tenido programas propios de reciclaje y hemos estado comprometidos con los retos medioambientales», apuntó Marisol Martínez. En esta línea, explicó que «unirnos dentro del sector para trabajar compartiendo objetivos nos permite avanzar». Además, la empresa de soluciones de impresión ha incorporado nuevas herramientas tecnológicas dirigidas a optimizar recursos como el láser que evitan el consumo de cartuchos, «avanzamos en la misma línea de aprovechamiento».

En Castilla y León hay 670 puntos de recogida y «es un punto de inicio importante», valoró Javier Gutiérrez, aunque se encuentre lejos del objetivo planteado que se acerca a los 40.000. En línea con sus compañeros de debate, destacó la labor de concienciación desde el primer hasta el último eslabón de la cadena, incluyendo a las administraciones y también las pymes, porque gracias al reciclaje se devuelve al fabricante prácticamente el 20% del consumible. Al hilo de esto, insistió en que «un consumible no es solo un trozo de plástico, hay mucha ingeniería detrás». Y por otro lado, recordó que en la cadena de reutilización el plástico puede transformarse en perchas y otros elementos, como el hierro y el aluminio encuentran una nueva vida en la industria.

En línea con el objetivo de la economía circular, que apuesta por ofrecer una segunda vida útil a todo tipo de materiales, el consejero delegado de la Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente de Castilla y León (Somacyl), José Manuel Jiménez, insistió precisamente en esta idea, la de conseguir sacar el máximo rendimiento a los productos que una vez cumplida su función acaban convirtiéndose en residuos. «Hay que aprovechar las posibilidades que conlleva la reutilización de este tipo de consumibles», afirmó. Un reto que también, recordó, asumen otros sectores como la automoción, que estudia acciones que alarguen la vida útil de los componentes de los coches y que puedan favorecer una reincorporación al mercado una vez transformados.

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