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Ana Botín.
Primer año al frente del cambio

Primer año al frente del cambio

Ana Botín y Dimas Gimeno superan doce meses al mando de Santander y El Corte Inglés con cambios que les distancian de sus históricos antecesores

Amparo Estrada

Sábado, 19 de septiembre 2015, 07:47

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Nada es igual en dos de los buques insignia de la empresa española. Ni Banco Santander ni El Corte Inglés son las mismas compañías que hace un año, cuando sus históricos presidentes, Emilio Botín e Isidoro Álvarez, respectivamente, fallecieron con poco menos de una semana de diferencia. En ambos casos, la sucesión estaba bien atada, para que se desarrollara sin sobresaltos. Pero eso no ha evitado que la gestión que han llevado a cabo Ana Botín, en el caso de la entidad, y Dimas Gimeno, en el grupo de distribución, haya provocado cambios de calado en ambas firmas. El común denominador ha sido la efectividad. Pero mientras que ella ha actuado con rapidez, él lo ha hecho casi con el mismo sigilo con el que se movía su tío.

"Importa tanto la cuenta de resultados como la forma de conseguirlo". Fue uno de los primeros mensajes de Ana Botín ante sus empleados. La nueva presidenta del Santander relevó rápidamente a Rodrigo Rato del Consejo Asesor Internacional del grupo ante la precaria imagen social del exvicepresidente. La rápidez en la toma de decisiones ha marcado el primer año de Ana Botín al frente del Santander. A las pocas semanas de ser designada presidenta, nombró consejero delegado a José Antonio Álvarez; y a Rodrigo Echenique, muy cercano a la familia, vicepresidente; además de renovar a casi toda la cúpula directiva. También sorprendió cuando apenas cuatro meses después de su toma de posesión, el Consejo del Santander aprobó la mayor ampliación de capital en su historia: 7.500 millones, consiguiendo el reforzamiento del capital del banco.

El otro sucesor corporativo, Dimas Gimeno, se ha movido con mucha más discreción -el hecho de que El Corte Inglés no sea una compañía cotizada le permite no tener que rendir tantas cuentas en sus movimientos internos ante el mercado-, aunque con mucha intensidad en sus decisiones. Ha conseguido reforzar su posición de liderazgo al rodearse de las dos hijas de Isidoro Álvarez -las hermanas Marta y Cristina Álvarez Guil- tanto en la Fundación Ramón Areces (el principal accionista del grupo) como en el consejo de administración de la empresa. Pero, sobre todo, ha permitido que por primera vez en su historia, el grupo tenga un accionista ajeno a las familias, con la oposición de una parte de los propietarios. El modelo de comercio de Gimeno mira a partir de ahora al exterior.

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