El trabajo de todo un año

Las sonrisas de felicidad que se dibujaba en las caras de las protagonistas revelaba que estaban ante un día importante. Saludaban felices las gradas, donde sus padres observaban orgullosos la puesta en escena de todo el trabajo realizado durante todo el curso.

Son escenas que se repiten cada año con motivo de las exhibiciones de gimnasia rítmica. Se elige un día a finales de mayo o ya en junio en el que se presenta a los padres y familiares lo aprendido en los entrenamientos. Este sábado, se llenó el Frontón Segovia para arropar a las 70 niñas (y un niño) que protagonizaron la exhibición de final de curso del Club Rítmica Segovia.

En las alrededor de dos horas que duró la actuación, realizaron un desfile inicial y ejercicios en conjunto e individuales. De pelota y cuerda, de cinta y aro, de mazas y pelota, de cinta y pelota pequeñas... El broche final a la exhibición llegó con una serie de bailes y con un nuevo desfile, en este caso de despedida.

Los aplausos atronaron en las gradas en reconocimiento al esfuerzo de todos los participantes. El Club Rítmica Segovia acoge en su estructura a gimnastas desde dos años y medio hasta de veinte. No hay límite de edad para formar parte de él y está abierto a todo aquel que desee practicar este deporte. El curso comienza en octubre y dura lo mismo que el escolar. Es partir de enero cuando se empiezan a ensayar los ejercicios que después se ponen en práctica en la exhibición final.

El resultado suele dejar satisfechos a los padres, que suelen llenar los pabellones en los que se celebran estas actuaciones. Lo volvieron a hacer en el Frontón Segovia, donde las caras ilusionadas de los protagonistas copó toda la atmósfera de una cita que además formaba parte de la programación deportiva para las Ferias y Fiestas de San Juan y San Pedro. Todo el esfuerzo invertido durante estos meses por los integrantes del Club Rítmica Segovia obtuvo el merecido reconocimiento de quienes han confiado en este deporte para que sus hijos se desarrollen físicamente.