El Tordesillas golpea primero

El Atlético Tordesillas cumplió con su cometido. Ganó, con solvencia, en Las Salinas, que lució sus mejores galas, frente a un Atlético Astorga que llegó directamente con ganas de jugar el partido de vuelta. Se lleva el bloque tordesillano una renta balsámica a La Eragudina, donde se verá si es suficiente o no. Ganó el único equipo que quería hacerlo, con el tesón que viene acompañando a los rojiblancos desde que comenzó la

temporada.

El gol llegó a las primeras de cambio y de una manera muy recurrente en este feudo. Falta lateral y ahí Canito es el Rey. La puso con música para la cabeza de Abraham que, con un remate picado, batió a un Sergio que no estuvo firme para repeler el cabezazo, y eso que el rematador le resultaba familiar.

Darle un gol al Tordesillas es como darle un fusil a un pistolero, porque nadie en la liga ha demostrado aprovechar mejor una ventaja –obviemos el partido del Santa Marta–. Durante toda la primera mitad el Astorga fue minimizado. El conjunto leonés se encontraba encerrado en Las Salinas, presa de un rival que sabía muy bien lo que hacía. Más aún con el marcador a favor.

No pudo aprovechar, eso sí, la mejor acción de la primera parte para ampliar diferencias porque el centro de Canito no encontró receptor. Lo más parecido a una ocasión que se produjo en el área contraria fue un cabezazo de Álex desviado, en una acción similar a la del primer tanto. La desconexión era absoluta, pues los visitantes no encontraban a sus mejores hombres. Ni a Javi, ni tampoco a Adri, incapaz de desbordar a una defensa local impoluta.

Tenía que cambiar la cara el Atlético Astorga tras su paso por vestuarios, aunque solo fuese por aparentar que no venía solo a pasar la tarde. Lo consiguió pero sin ninguna precisión, alternando la paciencia –poca– con los balones en largo –demasiados– que nunca tenían un destino fiable. Es cierto que los pupilos de Miguel de la Fuente se acoplaron en su campo, pero sin perder la comodidad, gracias a un sistema defensivo sin fisuras.

El susto visitante llegó antes de empezar a cambiar los protagonistas. Javi Amor la pegó con dureza desde fuera del área y la estrelló en el palo. Su rechace, a las nubes, con el portero fuera de la jugada. Fue un oasis en el desierto de Las Salinas, gobernado por el Tordesillas, tuviera o no el cuero. Incluso había sensación de que la renta podía ser corta.

Solo fue por unos instantes. No porque el Astorga apretara, que nunca lo hizo, sino porque los cambios locales no ayudaron a crear vértigo, sino más bien a no sufrir más de lo debido. Samu y Raúl no estuvieron tan afortunados como en otras circunstancias, Torres pidió el cambio –hasta el creador descansó el séptimo día– y quien aguantó hasta el final prácticamente fue Mongil, el mejor del partido.

Fue la carta que se sacó de la chistera Miguel de la Fuente para este partido, consciente de que llegaba en un momento radiante. Sin ser de los habituales, lo demostrado en el tramo final de temporada aunó méritos suficientes para una cita como esta. Respondió a la altura, dejándose los pulmones, con templanza con la pelota y actitud cuando había que pelear atrás. Una amarilla en el 89 fue su último servicio. Para entonces el Torde tenía amarrado el triunfo.

La Eragudina dictará sentencia, con la ventaja del Torde en el marcador y del Astorga por su condición de mejor clasificado, si bien necesitará vencer al equipo menos goleado de la liga, con un máster en sufrimiento y un decálogo de cómo afrontar finales. La del próximo sábado será la última para uno de ellos.

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