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Trío arbitral, con Rubén Becerril a la derecha, y con los capitanes de ambos equipos en Riazor. LFP

Decisiones palentinas de Primera

El árbitro asistente Rubén Becerril debutó el pasado domingo con el Deportivo-Real Madrid

Esther Bengoechea

Palencia

Domingo, 27 de agosto 2017, 13:38

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Rubén aprovechaba cada segundo que no estaba defendiendo la camiseta de la Peña Castilla para ir a ver a su hermano mayor al campo. «Solía acompañarle a algún partido, me llamó la atención y me metí en eso», afirma. David, su hermano, no era jugador, ni siquiera entrenador. Su papel en un encuentro era distinto. David Becerril es árbitro de Segunda B y siguiendo los pasos del mayor, entró Rubén Beceril en el mundo del arbitraje.

Hace exactamente una semana debutó como árbitro asistente en Primera División, en el partido que enfrentó al Deportivo de La Coruña y al Real Madrid. «Fue un momento muy especial con muchas sensaciones, nervios, pero muy bien. Una vez que sales al campo te olvidas de todo eso, te concentras en hacer tu trabajo y en hacerlo bien», señala el juez de línea palentino.

«Fue un momento realmente especial, con muchas sensaciones y nervios»

Rubén colgó las botas a los quince años y siguió los pasos de su hermano –y de su tío, que pitó en Provincial–. Hizo el curso de las reglas del juego, pasó el examen y comenzó a dirigir categorías inferiores. Benjamines, alevines, infantiles... Así, como si de una escalera se tratase, hasta llegar a la máxima categoría del fútbol español. «Al final ves que todo el trabajo y el sacrificio de atrás ha valido la pena», reconoce el linier palentino, que entrena seis días a la semana para mantenerse en forma. «Es mucha la exigencia física en cada partido y estamos muy bien preparados para que a la hora de decidir el cansancio físico no te perjudique», señala.

Dos Trabajos

Rubén compagina el arbitraje con un trabajo de funcionario en Bilbao, donde reside con su pareja, porque de dirigir partidos no se vive. «Tengo que hacer también otra cosa porque esto no dura para toda la vida», afirma. Su sueño sería poder arbitrar un partido de Copa del Rey y, puestos a soñar, llegar a ser juez de línea internacional de un Mundial.

Para subir a Primera División –aquí los árbitros ascienden como los equipos– no hay que superar ningún examen, todo depende de la nota que te vayan poniendo en cada encuentro. «Según la temporada que hagas. Es necesario tener buenas calificaciones, muchos aciertos y que el trabajo salga bien», afirma. Cada minuto es evaluado por el delegado informador, que se desplaza con el árbitro desde el hotel al campo y le sigue todo el partido.

El 26 de junio le comunicaron el ascenso a Primera División, pero del hecho de tener que arbitrar al Real Madrid –contra el Depor en Riazor– se enteró días antes del encuentro. «Mi primer partido de Primera División y ante el Real Madrid. Yo estaba encantado», reconoce. «Aunque también me hubiera gustado cualquier otro equipo», agrega, sin querer quitar mérito al resto de los conjuntos de la categoría.

Rubén Becerril cuenta ya los días para que llegue el próximo viernes y pueda escaparse a las Fiestas de San Antolín, para disfrutar las ferias de su tierra junto a los suyos.

«Corroboramos que la expulsión era correcta con el vídeo»

«He vuelto a ver el partido después de arbitrarlo. Tenemos la posibilidad de descargarnos los encuentros y es muy importante para valorar nuestra actuación, y ver los aciertos y los errores. Hay que mirar detenidamente las jugadas en las que has podido fallar, para la próxima vez acertar», argumenta el árbitro asistente palentino Rubén Becerril. Sobre la expulsión de Sergio Ramos, sin querer entrar en polémicas, afirma: «Con la expulsión, nosotros pensamos que la decisión era la correcta y cuando después la volvimos a ver, sí que era correcta», concluye el linier.

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